Los controles y certificaciones que pasan las frutas y hortalizas europeas de invernadero

Antes de que las frutas y hortalizas que se cultivan en los invernaderos solares de Europa lleguen a los lineales de los mercados y supermercados, y a las mesas de los consumidores, necesariamente han debido pasar por toda una serie de exigentes certificaciones que evalúan el producto, incluso desde antes de haber sido plantado.

Fecha: 09-Jun-2021

Unos invernaderos que están ubicados principalmente en Almería y Granada, y que producen cada año alrededor de 4,5 millones de toneladas de frutas y hortalizas, de las que las tres cuartas partes se exportan a Europa para alimentar a una población de 500 millones de personas.

Frutas y hortalizas europeas. Controles y certificaciones 

Y, para cumplir con esta responsabilidad, cada temporada las explotaciones agrícolas de los invernaderos solares se someten a varias auditorías relacionadas con la trazabilidad, calidad, sostenibilidad y cumplimento de buenas prácticas laborales.

  • GlobalGAP IFA. Uno de los protocolos de producción más extendidos en todo el mundo, que cubre todas las etapas de la producción, y cuyo objetivo es garantizar las buenas prácticas agrícolas, promover métodos de producción sostenibles con el medio ambiente — fundamentalmente en relación con el uso de los recursos hídricos y la utilización de productos fitosanitarios— y asegurar el bienestar de los trabajadores y de los animales. Esta norma es demandada por clientes como Aldi, Edeka, Asda, Lidl, Carrefour, Rewe, Spar, Tesco, El Corte Inglés o Sainsbury’s.
  • Globalgap GRASP. Evaluación de riesgos de las prácticas sociales en la finca, abordando temas específicos relativos a la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores. Se trata de una herramienta que ayuda a los productores a demostrar su cumplimiento con la legislación laboral, tanto internacional como nacional.
  • QS. Este sistema pretende asegurar el proceso integral de producción de los alimentos, desde el origen de los mismos, pasando por su procesamiento y posterior comercialización. Su implantación, en 2001, fue motivada por las organizaciones líderes del sector agroalimentario en Alemania como respuesta a la crisis de la Encefalopatía Espongiforme Bovina, y fue ampliado tres años después para incluir las frutas, hortalizas y patatas. Supermercados como Edeka, Rewe, Aldi o Lidl se guían por esta norma.
  • Brand Reputation Compliance (BRCGS). Una norma desarrollada por los supermercados británicos que hoy en día está considerada como uno de los referentes internacionales para la calificación de proveedores de productos y marcas en las grandes superficies. Su objetivo es la salvaguarda de la seguridad alimentaria de los productos que encontramos en el mercado mediante el establecimiento de requisitos que garanticen la salubridad de los alimentos. La norma es aplicable a cualquier proceso de elaboración, manipulación o envasado de alimentos donde exista riesgo de contaminación. Esta certificación es demandada en los supermercados británicos como Tesco, Asada, Sainsbury’s o Waitrose.
  • International Food Standard (IFS). Norma de seguridad alimentaria creada por las grandes cadenas de distribución alemanas, francesas e italianas para auditar empresas que fabrican alimentos o a empresas que empaquetan productos alimentarios a granel. Se centra en la seguridad y calidad alimentaria de los productos procesados y garantiza que las empresas certificadas fabrican un producto o bien prestan un servicio, que cumple las especificaciones del cliente y que siempre se trabaja por una mejora continua de los procesos.
  • LEAF Marque. Con origen en el Reino Unido, su objetivo es proporcionar a los consumidores la confianza en el cuidado que los productores han puesto para la producción de alimentos y otros productos. Los productos con este sello han sido cultivados por agricultores comprometidos con la mejora continua de la agricultura y el medio ambiente para el beneficio mutuo de agricultores, consumidores, fauna y flora, y medio rural.

Aparte de estas certificaciones, cada vez son más los consumidores que demandan productos ecológicos, también llamados orgánicos, biológicos o BIO, que se obtienen sin el empleo de productos fitosanitarios. Como distintivo para que el consumidor pueda diferenciar los productos ecológicos, todas las unidades envasadas, deberán llevar impreso el logotipo de la UE que aseguran el uso restringido de plaguicidas químicos, la ausencia de organismos genéticamente modificados y el uso responsable de los recursos naturales. El logotipo más conocido en Europa es el logotipo Bio Label de la UE, aunque también existen otros logotipos ecológicos como BiosuisseKRAVBio-Siegel Naturland.