El valor del mercado de aditivos y complementos alimentarios se situó en 2021 en 560 millones de euros, contabilizando un crecimiento del 1,8% respecto al año anterior, en el que registró un fuerte estancamiento como consecuencia de la pandemia, según datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa (filial de Cesce), que atribuye este tímido incremento a la mejora en la evolución de los principales clientes de la industria alimentaria.

La actividad exportadora tiene una importancia creciente en el sector. La facturación agregada en el extranjero de 21 de las principales empresas especializadas en el sector supuso el 56% de su facturación total en 2020. La Unión Europea se configura como el principal destino de las exportaciones de las empresas españolas, siendo éste el único destino para buena parte de ellas.

Las previsiones de evolución del mercado apuntan a una progresiva reactivación en el bienio 2022-2023. Para el cierre de 2022, en concreto, se estima que podría registrarse un aumento del valor del mercado cercano al 3%.

Pequeñas empresas nacionales
El número de empresas con actividad de fabricación o importación de aditivos y complementos para la industria alimentaria se ha mantenido estable en los últimos años, situándose en unas 150, la mayoría es de mediana y pequeña dimensión y propiedad de accionistas españoles

Junto a estas, también opera un número reducido de compañías de gran tamaño, es ocupan las primeras posiciones del mercado. En este último grupo figuran algunas filiales de grupos multinacionales extranjeros especializados en el sector y de grupos fabricantes/comercializadores de productos químicos.

Finalmente, en términos de empleo, el segmento de los aditivos y complementos para la alimentación concentra, aproximadamente, 1.450 trabajadores.