En cualquier caso, en comparación con el año anterior, existe un aumento global de la importancia otorgada al origen europeo.

Son algunos de los resultados de la segunda encuesta realizada por la Asociación Europea de Frutas y Hortalizas, FruitVegetablesEUROPE, como parte del programa de promoción de la Unión Europea CuTE para conocer la sensibilización de los consumidores europeos sobre los métodos de producción de frutas y hortalizas en la UE y disponer de una mayor información sobre los hábitos de consumo en cinco países objetivo de la UE: Francia, Alemania, Grecia, Polonia y España.

En general, los datos obtenidos para esta nueva oleada 2020 han registrado un incremento en el consumo de frutas y hortalizas, manteniendo los criterios de compra de 2019, entre los que destaca el origen —local, nacional o europeo— como el cuarto más valorado. Entre las principales razones citadas se encuentran el apoyo de los productores locales en un 32% de los casos y la confianza en el método de producción europeo en un 21 %.

Frutas y hortalizas de la UE

A la hora de comprar, el origen del producto sigue siendo un criterio de compra importante, ya sea local, nacional o europeo, para 1 de cada 4 consumidores. El criterio de origen europeo es importante para más personas que el año pasado, con razones como brindar apoyo a los productores locales y ser una garantía en términos de seguridad del producto.

En este sentido, 4 de cada 10 ciudadanos compran frutas y verduras europeas siempre que pueden y otros 4 tienen en cuenta el origen entre otros criterios, con un aumento global de la importancia otorgada al origen europeo del 3,6 % en comparación con 2019. Por segmentos de población, las mujeres, los padres y las personas mayores de 55 años muestran una preferencia más fuerte por los productos europeos.

Por el contrario, la sostenibilidad medioambiental no aparece como un criterio prioritario, ni el hecho de que se produzca al aire libre en lugar de en invernaderos, un tipo de cultivo cuya percepción ha mejorado durante el último año destacando su seguridad, sus efectos positivos para la salud y sus precios asequibles. Por su parte, quienes se oponen al cultivo en invernadero argumentan que altera el sabor y los nutrientes, además de tener un impacto negativo en el medio ambiente.

En este contexto, ha aumentado la confianza en los métodos de producción agrícola europeos, así como en los productos agrícolas cultivados en invernadero. Las opiniones críticas más comunes sobre los métodos de producción apuntan al uso de OGM y al impacto ambiental. Aun así, estos no son aspectos predominantes a la hora de comprar.

En este sentido, una mayoría de los consumidores no tienen una opinión posicionada sobre la producción en invernaderos (58 %). Además, el 45 % de los encuestados no confía en todos los métodos y el 10 % no confía en ninguno de ellos. Las principales preocupaciones apuntan al uso de organismos modificados genéticamente (OMG) y al impacto medioambiental de determinados métodos. En comparación con 2019, más personas compran buscando el mantenimiento de propiedades de frutas y hortalizas.

Hábitos de consumo

Además, el estudio indica un consumo más frecuente de frutas que hortalizas en los encuestados. El consumo diario de fruta está generalizado para el 62 % de la población, así como el consumo diario de hortalizas, que llega hasta el 57 % (frente al 57 % y 49%, respectivamente, del año pasado).

En cuanto a los criterios de compra de frutas y hortalizas de los cinco países encuestados se mantuvieron sin cambios con relación a 2019, siendo los más relevantes: calidad del producto (57 %), precio (38 %) y estacionalidad (33 %).