A medida que el clima se calienta, las especies que prefieren temperaturas más cálidas se están extendiendo hacia el norte en detrimento de las especies nativas y las personas por igual.

Un ejemplo: los insectos que diezman los cultivos.

El cambio climático podría afectar la forma en que las plagas infecciosas, generalizadas y severas que diezman las plantas pueden convertirse en todo el mundo, advierte Naciones Unidas en un nuevo informe.

Los autores del informe examinaron 15 plagas de plantas que ya se están propagando o podrían propagarse pronto como resultado del aumento de las temperaturas, lo que ayuda a la propagación de insectos destructivos.

“Especies como el gusano cogollero , que se alimenta de cultivos que incluyen maíz, sorgo y mijo, ya se han extendido debido a un clima más cálido”, explican los científicos en un comunicado.

“Se espera que otras, como las langostas del desierto, que son las plagas migratorias más destructivas del mundo, cambien sus rutas migratorias y distribución geográfica”, añaden.

Los más afectados serán los pequeños agricultores con medios limitados para proteger los cultivos, así como los de los países en desarrollo donde la seguridad alimentaria ya está en peligro por un clima cambiante y condiciones inhóspitas.

Las plagas ya están causando problemas

Ya alrededor del 40% de la producción agrícola mundial se pierde a causa de plagas y las enfermedades de las plantas cuestan más de 220 mil millones de dólares cada año para la economía mundial, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Las plagas invasoras por sí solas causan daños de al menos $ 70 mil millones al año, mientras que también provocan la pérdida de biodiversidad.

Los autores del estudio enfatizan que intensificar la cooperación internacional en el manejo de plagas de plantas podría reducir el daño que causan, ya que su propagación podría ser limitada.

Es importante destacar que hasta la mitad de todas las enfermedades vegetales emergentes se propagan a través de los viajes y el comercio, lo que significa que limitar la transmisión de esta manera también podría cumplir una función vital, señalan los expertos.

La falta de acción podría resultar en nuevas pérdidas de rendimiento de los cultivos anuales, lo que pondría en peligro la seguridad alimentaria mundial, advierte la FAO.