De las especies que más se cultivan podemos destacar los melocotones, las nectarinas y los paraguayos (P. persica), siendo las principales zonas de producción la Comunidad Valenciana, Extremadura, Andalucía, Aragón, Cataluña y Murcia. Aunque en los últimos años, el cultivo de especies como el almendro, han sufrido un incremento notable respecto a la superficie de plantación y producción.

Aunque las líneas de investigación en las que trabajan las empresas obtentoras son de diversa índole, en estos momentos podemos resaltar los trabajos que se realizan en:

• Conseguir la adaptación de los cultivos al cambio climático, es decir, deben ser capaces de soportar variaciones en las temperaturas y en la pluviometría, al ser cultivos a largo plazo y no anuales como pasa en hortícolas o en cereal, este tema es mucho más complejo
• Minimizar los costes de producción. Siendo más eficientes con la gestión del agua y reduciendo los tratamientos fitosanitarios.
• Lucha contra plagas y enfermedades, para minimizar así la pérdida de las cosechas. Por ejemplo, se está trabajando en conseguir variedades resistentes/tolerantes a Sharka, Xanthomonas y Lepra, entre otras
• Y por último podemos destacar los trabajos que se realizan para conseguir que la fruta tenga una mayor calidad para el consumidor final.

No podemos olvidar que lo que se está investigando en estos momentos será el futuro a medio plazo que los agricultores podrán tener en su campo, y por tanto los consumidores en su mesa. La puesta en el mercado de una nueva variedad supone de media entre 10 y 12 años de investigación y alrededor de 1 millón de euros.

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