Como parte de su mandato como laboratorio de referencia nacional para la PPA, la Unidad de Inmunología de Virología Porcina (VIP) del laboratorio Ploufragan-Plouzané-Niort de la ANSES intentó inactivar la cepa viral Georgia 2007/1, que circula actualmente en la Unión Europea, mediante un tratamiento térmico.

Durante el control de los efectos de esta inactivación térmica, detectaron fortuitamente una cepa atenuada, llamada ASFV-989, derivada de la cepa Georgia. Esto solo provocó una leve fiebre en el animal infectado, mientras que la infección con la cepa Georgia es generalmente fatal en el 100 % de los casos.

Resultados prometedores

El equipo llevó a cabo una serie de estudios sobre esta cepa atenuada y confirmó la debilidad de los síntomas en la mayoría de los cerdos inoculados con este virus por vía intramuscular u oronasal. Aunque la seguridad no fue perfecta, la tasa de supervivencia fue mucho mayor que con la cepa viral original, explican desde ANSES.

“La vacunación intramuscular es el método más utilizado en las explotaciones”, explica Marie-Frédérique Le Potier, jefa de la unidad VIP. La vacunación por vía oral podría permitir vacunar jabalíes mediante cebo. Este método se utilizó para la peste porcina clásica a principios de la década de los 2000 y permitió eliminar la enfermedad de las zonas donde estaba presente en Francia. Es por eso que probamos estas dos vías de administración desde el principio”.

Otro resultado prometedor, explican desde ANSES, es que los cerdos infectados desarrollan una respuesta inmune que les permite resistir la infección por el virus de la peste porcina africana sin mostrar ningún síntoma, tan pronto como dos semanas después de la vacunación.

Estos resultados aparecieron publicados en el artículo titulado ‘La inmunización oronasal o intramuscular con una cepa de ASFV termoatenuada brinda protección clínica completa contra el desafío Georgia 2007/1‘ publicado en diciembre de 2022 en la revista de virología Viruses.

Adaptaciones para permitir la producción industrial a gran escala

Los científicos de ANSES siguieron trabajando en la cepa atenuada, en particular para que pudiera multiplicarse en líneas celulares producidas in vitro y no en células que había que extraer de cerdos, como era el caso inicialmente.

“Este paso fue un éxito“, aseguran desde la Agencia Francesa de Seguridad y Salud Alimentaria, “lo que aumenta la posibilidad de producir la vacuna a gran escala”. Además, “la cepa de virus así producida provocó menos síntomas que la cepa atenuada original, sin dejar de ser eficaz”, constatan.

Todavía se están realizando estudios, en particular para garantizar que esta cepa atenuada no pueda transmitirse de un animal a otro o volver a ser virulenta. También se evaluará la capacidad de la vacuna para evitar que los animales vacunados y luego expuestos al virus de la PPA vuelvan a transmitirlo.

El jabalí como primer objetivo potencial de la vacunación

La vacuna desarrollada por los científicos de ANSES tiene la ventaja de no haber sido producida mediante manipulación genética, lo que facilitaría la autorización de su uso en la naturaleza.

De hecho, el jabalí sería probablemente el primer objetivo de la vacuna en Europa Occidental. Esta especie es la más afectada y la presencia del virus en la naturaleza representa un riesgo para las explotaciones porcinas.

Para que estos descubrimientos científicos den lugar a desarrollos industriales eficaces y, en última instancia, a la producción de vacunas, es esencial poder transferirlos a la industria farmacéutica veterinaria. Con este fin, el laboratorio ha presentado una patente sobre la vacuna, publicada el pasado mes de agosto.

La ANSES cuenta con el apoyo de la sociedad SATT Ouest Valorisation para promover la explotación de esta patente por parte de los industriales interesados.