La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) exige un cambio en las políticas comunitarias que hagan rentable la agricultura europea, ante la existencia de una competencia "absolutamente desleal" generada por la entrada de producciones de países terceros.

Coag entiende que la nueva Política Agrícola Común (PAC) conlleva "una mayor desregulación de los mercados y un recorte de las ayudas, con una “competencia absolutamente desleal por lo que significa la entrada de producciones de fuera de la UE que no cumplen las mismas normativas que los agricultores europeos tienen que cumplir", ha afirmado el miembro de la Ejecutiva de Coag y del Comité Económico y Social Europeo, Andoni García.

García ha expresado la preocupación de la COAG ante la comunicación de la Comisión Europea sobre el futuro de la Política Agraria Común (PAC), la alimentación y la agricultura tras 2020.

Para la COAG, ha precisado, la nueva PAC no afronta esta situación que, además, repercute en una reducción de los precios de las producciones agrarias y ganaderas europeas y que, además, no se ven compensados por los precios de mercado ni por las ayudas de la Política Agraria Común.

También ha indicado que "las rentas de los agricultores no están equiparadas a las medias económicas de renta de la población", lo que, a su vez, conduce a una pérdida de agricultores en el campo y a una serie de dificultades para incorporar nuevos jóvenes a la agricultura.

La COAG exige a la UE, el Ministerio de Agricultura y comunidades autónomas que "definan un modelo de agricultura social y profesional", que apueste por incentivar la agricultura, repoblar los pueblos, generar vida en ellos, ha precisado García.

Es preciso, ha añadido, definir "un modelo de agricultura profesional, sostenible que responda a todos esos retos, incluido el del cambio climático, y que es otro de los grandes problemas que está habiendo y que ya tiene un problema muy grave de la sequía".

Ha calificado de "catastrófica" la situación de sequía que registran varias regiones españolas, con unas cosechas "muy mermadas", especialmente, el cereal, y que requiere de medidas "estructurales", que afronten el campo climático y las necesidades de agua de la agricultura y la ganadería.