“Esta es la última oportunidad que tenemos para protestar, porque si no lo hacemos ahora quizá no podamos hacerlo nunca más; quizá nuestras explotaciones no existan en el futuro”. Raúl Lozano, agricultor de Hinojosa del Campo (Soria), destaca las “inmensas razones” que hay para apoyar la manifestación convocada por todas las organizaciones agrarias en Valladolid el jueves 15 de junio.

Raúl es un productor de secano de la comarca de Campo de Gómara, donde los agricultores no saben qué producción van a tener. “Los gastos han superado los 800 euros por hectárea y los ingresos no van a alcanzar ni la mitad, sumando ventas y ayudas de la PAC”, lamenta.

Son más de 400 euros de pérdida por hectárea, y en la comarca la explotación media es de 200 hectáreas. “El campo está muerto”, denuncia. “Y el que peor lo tiene es el ganadero en extensivo”.

Son argumentos de sobra para salir a la calle, pero la convocatoria del 15 de junio es una ocasión para denunciar alto y claro “situaciones injustas”, como la importación de producciones de terceros países que juegan con diferentes reglas del juego.

Se refiere al maíz transgénico que llega desde el otro lado del Atlántico, pero también a los países donde se emplean materias activas que llevan dos décadas prohibidas en la Unión Europea.

Hongos en la Moraña

Desde la abulense comarca de la Moraña, Luis Corona destaca la tormenta perfecta de unos gastos de producción disparados y una cosecha más que deficiente.

“Tanto la Junta como el Gobierno tienen que tomar nota y adoptar medidas con urgencia, bien con créditos blandos, bien con ayudas directas, porque la situación es desesperada”, advierte.

En su comarca han caído más de 200 litros desde el 26 de mayo, cuando el cereal ya estaba seco. “El agua solo ha beneficiado a las malas hierbas”, lamenta. El herbicida que aplicó en su momento ya no hace ningún efecto y el cereal que rebrota se va a “arrebatar” y no va a servir para tener producción.

El agua no ha servido para que la planta granara mejor. Los hongos proliferan, tanto en las espigas como en la paja, que está “pasmada”, y cultivos como la colza o el guisante padecen tal nivel de ataque que la vaina se abre.

“El día 15 hay que salir a la calle porque al campo se le pone todo en contra”, subraya.

Unos precios que bajan cada semana

En Alaejos (Valladolid), Juan Sandonís defiende la manifestación porque Castilla y León es una tierra cerealista y ha tenido la siembra más cara de la historia, seguida por una sequía terrible y con unos precios que bajan cada semana.

En la comarca la cebada no va a llegar a los 1.500 kilos y el trigo de secano se quedará bastante por debajo. “Hay mucho ataque de hongos y estamos tratando como podemos”, señala.

“El seguro no va a cubrir ni los gastos”

En la frontera entre Valladolid y Ávila, Miguel Ángel del Río destaca que estamos en un año terrorífico, con un cereal que va a dar “cero kilos” en muchos casos y con unos costes disparados. “El seguro no va a cubrir ni los gastos”, lamenta.

En su comarca la lluvia ha venido bien para el regadío, ya que han ahorrado dos semanas de riego, y también a los cereales minoritarios, como el centeno o la avena. Pero el agua ya no ha servido de nada en el caso de las producciones principales.

En su pueblo, Salvador de Zapardiel, cayó una tromba de agua y granizo el 2 de junio. Le siguieron varios días de tierras encharcadas, pero ya ha podido entrar en la tierra. La próxima labor que hará será tratar una remolacha que empieza a estar amarillenta.

Hay que seguir trabajando. Pero para eso hace falta que las administraciones arrimen el hombro.

Unidad de acción

En unidad de acción, las organizaciones profesionales agrarias, Asaja Castilla y León, la Alianza UPA-COAG y la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) han convocado la manifestación para el jueves, 15 de junio, para reclamar ayudas urgentes para un campo “devastado” por las consecuencias de la sequía.

Agricultores y ganaderos de toda la comunidad están llamados a esta movilización, que partirá de las puertas de la Delegación del Gobierno de España y concluirá frente a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.

Las demandas de los convocantes afectan a ambas administraciones. Por un lado, al Ministerio de Agricultura, que ha propuesto unas medidas exiguas y que además penalizan a Castilla y León.

Por otro, a la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta, que por ahora no ha concretado ni presupuestado un solo euro para paliar el desastre que viven las explotaciones como consecuencia de la sequía, denuncian los convocantes.