Además, colabora en la preservación de los recursos naturales, el mantenimiento de la biodiversidad agrícola y ganadera y desarrolla prácticas de producción respetuosas con el medio ambiente.

Así lo aseguran desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), que con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra hoy lunes, 5 de junio, ha querido defender el modelo familiar de producción de alimentos como el más respetuoso con el entorno y reclamar políticas de apoyo y protección a las pequeñas y medianas explotaciones.

Agricultura Familiar y Medio Ambiente

Según la organización agraria y ganadera, las seis aportaciones más relevantes de la agricultura y ganadería familiar al medio ambiente son:

Las explotaciones familiares agrarias ayudan a luchar contra el despoblamiento. De hecho, las zonas en las que se ha producido un mayor índice de despoblamiento se ha producido una inestimable pérdida de riqueza cultural. Además, el incremento de incendios forestales está íntimamente relacionado con la pérdida de actividades agrícolas y sobre todo ganaderas en nuestros montes, actividades tradicionales que contribuían a prevenir dichos incendios.

La agricultura familiar es una gran productora de bienes públicos que deben ser reconocidos y fomentados por el conjunto de la sociedad.

La agricultura familiar ejerce una actividad sostenible que es preciso valorizar con diferentes medidas (económicas, fiscales, promocionales.). La aplicación de los 17 ODS de la Agenda 2030 en nuestro medio rural, y en especial en la agricultura debe constituir una gran oportunidad para demostrar a la sociedad en su conjunto el gran valor que ejerce la agricultura familiar con su gestión del territorio, el tejido social que conforma y la producción de alimentos.

La Agricultura Familiar impulsa la adaptación y mitigación del cambio climático en toda la extensión de los sistemas alimentarios.

Es decisiva para el mantenimiento de la biodiversidad. La multifuncionalidad de la agricultura familiar permite una gran eficiencia y sostenibilidad en el uso y gestión de los recursos naturales, tales como la conservación de la biodiversidad, la gestión racional del suelo y el uso racional del agua.

Es básica en la lucha contra el despoblamiento. Sin agricultura y ganadería no hay vida en el medio rural. Los pueblos vivos son los que mantienen una actividad agraria dinámica y con futuro, que atraen población y aumentan las alternativas de trabajo y progreso de su potencial.