El relevo generacional en el campo y modernizar las explotaciones agrarias cuenta con 50 millones de euros

En los próximos meses se resolverán las ayudas de la convocatoria de 2017 para la incorporación de jóvenes agricultores y modernización de explotaciones que movilizarán 20 millones de euros y antes de final de año saldrá la convocatoria de 2018, la tercera de esta legislatura

Fecha: 10-Apr-2017

Fuente: Aragón Hoy

El Presidente de Aragón, Javier Lambán, acompañado del consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, ha participado hoy en la conmemoración del 40 aniversario de la UAGA. En su felicitación al secretario general, José Manuel Penella, la ha hecho extensiva a los dirigentes y todos los agricultores, ganaderos y técnicos “que tuvieron el acierto de impulsar la creación de un modelo sindical que dotara al sector agrario de nuestra comunidad de un instrumento de reivindicación y defensa para la mejora de las condiciones de trabajo y de vida del sector agropecuario”.
 
A juicio de Lambán, los retos del sector pasan por su modernización vinculada a la I+D+i, y su rejuvenecimiento para garantizar su continuidad, necesaria para equilibrar el territorio y para ello ha avanzado que en los próximos meses se van a resolver ya las líneas de ayudas concernientes a la convocatoria de incorporación de jóvenes agricultores y modernización de explotaciones correspondientes a 2017, que movilizarán 20 millones de euros y antes de final de año saldrá la convocatoria de 2018. Será la tercera convocatoria en dos años, atendiendo a la elevada demanda existente y cuentan con un periodo de ejecución de hasta 3 años.
 
En dos años, el Gobierno de Aragón ha puesto a disposición del sector ayudas por valor de 50 millones de euros para la incorporación de jóvenes al campo y la modernización de explotaciones agrícolas, a través de 2 convocatorias en 2016 y 2017 (30 y 20 millones, respectivamente) con los objetivos del necesario rejuvenecimiento del sector, la generación de empleo en el medio rural y la mejora de la competitividad de las  explotaciones en un mercado agrario ya global.
 
El Presidente de Aragón se ha mostrado comprometido con el grave problema que tiene el sector agropecuario por el elevado envejecimiento del sector, tal como lo demuestran estadísticas: el 40% de los perceptores de la PAC en Aragón tienen más de 65 años; solo 25 % de los titulares de las explotaciones son menores de 50 años; el 75 % restante, superan esa edad y más del 30 % superan los 65 años. La media global de todas las explotaciones en todo Aragón se sitúa en torno a los 60 años.
 
Perfil de los solicitantes
En la convocatoria de 2016 se recibieron 715 solicitudes para la incorporación de jóvenes y 835 solicitudes para proyectos de  modernización de explotaciones. Antes de 2008 las solicitudes de incorporación de jóvenes se situaban entorno a las 250 o 300 en cada convocatoria. Se aprobaron 475 expedientes, lo que supone un 72 % de las solicitudes que cumplían las condiciones de admisibilidad.
Por provincias, existe una distribución homogénea de expedientes aprobados en el territorio, aunque algo superior en Teruel, la provincia más desfavorecida en términos agrarios.
 
El 21% de expedientes aprobados se corresponde con mujeres. La tendencia de incorporación de mujeres jóvenes al campo es muy positiva, en el periodo 2001-2014 el porcentaje de solicitudes de ayudas aprobadas en mujeres se ha triplicado, pasando del 13% al 33%.
Cada beneficiario podría recibir hasta 70.000 euros pero la ayuda media recibida se cifra en 42.500 euros, un 20% más que en anteriores convocatorias.
 
Formación profesional
A juicio del presidente aragonés, “es importante que se incorporen nuevos agricultores en número suficiente pero aún más que lo hagan a través de explotaciones viables que aseguren el futuro de la agricultura porque somos conscientes de que las ayudas no aseguran la viabilidad futura porque se necesitan importantes inversiones para garantizar la viabilidad del joven agricultor”.
 
Por ello, ha insistido en que es fundamental el perfil profesional, su formación, su determinación para convertirse en un verdadero agricultor profesional así como en la viabilidad de su proyecto empresarial. Todo ello teniendo en cuenta que se trata de un auténtico emprendedor y que la profesión de agricultor supone grandes retos personales y profesionales.
En este sentido, Lambán ha recordado que la formación y la I+D+i vinculada al sector agropecuario es cada día más importante porque el agricultor es también cada día más un gestor administrativo y un operario de maquinaria tecnológica cada día más avanzada que requiere más conocimientos.
 
El Gobierno de Aragón también ha puesto en marcha una FP vinculada al sector agrario, medioambiental y agroalimentario. Así, durante 2016 se ha impulsado los centros integrados de FP de las familias profesionales agrarias de Montearagón en Huesca, Movera en Zaragoza y San Blas en Teruel porque actualmente menos del 20 % de los jóvenes que se han incorporado al sector tienen la FP agraria y es un déficit que trata de resolverse.
 
Un presupuesto en ascenso
En la línea de impulso del sector agropecuario, este año el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad ha aumentado un 32,25% los fondos para la industria agroalimentaria (13,37 millones de euros para subvenciones a la inversión en industrias agrarias).
Además se destinarán 1,6 millones de euros para la promoción agroalimentaria (un millón más que el año anterior) que harán posible la licitación de un contrato público plurianual por un importe muy superior a dicha cifra destinado a un plan específico de promoción agroalimentaria.
 
En total, la seguridad, la calidad y el fomento agroalimentario contarán con una dotación de 32,62 millones de euros, que se traduce en un aumento del 3% en relación a 2016.
 
El sector agroindustrial supone más del 8% del PIB. El 60 % de la producción en Aragón va a la exportación. El pasado año Aragón batió el récord de exportaciones, con un incremento del 2,8%. Las exportaciones de carne y productos elaborados rompieron el pasado año la mejor marca y se han convertido en la primera industria exportadora alimentaria.
El Ejecutivo autonómico está trabajando en la marca única Aragón y en la mejora de la promoción regional y nacional de los productos, así como una apuesta por la internacionalización que faciliten las exportaciones.
 
El reto de la PAC
Uno de los retos de esta legislatura es el futuro de la PAC, sobre la que el comisario europeo, Phil Hogan, ya ha advertido que puede haber una merma de 3.600 millones de euros tras la salida del Reino Unido de la UE. La agricultura consume en la actualidad el 38 % del presupuesto europeo.
La renta que perciben hoy los agricultores sigue siendo, al igual que hace 50 años, la mitad que la del resto de los europeos. Los agricultores y ganaderos perciben una renta insuficiente que equivale a la mitad a la del resto de los ciudadanos.
 
La reforma de la PAC que el Gobierno de Aragón propone debe centrar su atención en la compensación de la renta de los agricultores, fijando una renta de referencia que todos los agricultores deberían cobrar y compensarla en la medida de lo necesario en función de sus ingresos agrarios (con las correspondientes exigencias medioambientales, sociales y económicas). Actualmente el 20% de los agricultores reciben el 80% de las ayudas de la PAC.
 
El objetivo es primar a quienes más dependencia económica tienen de la agricultura, así como la productividad y la dimensión económica de las explotaciones y penalizando la improductividad y la ociosidad de los recursos agrarios.
 
La propuesta aboga por eliminar los derechos históricos (que generan desigualdades), los pagos por superficie (que hacen que cobren más ayudas quienes menos las necesitan) y el desacoplamiento de las subvenciones (lo que mantiene perceptores de ayudas sin que realicen actividad alguna).
 
Aragón defiende, por otra parte, el mantenimiento de los dos pilares actuales de la PAC. Por un lado, las ayudas directas, como compensación de la renta, porque combaten la inestabilidad y la insuficiencia de esta. Y por el otro, las ayudas estructurales, siempre que no haya que utilizar este pilar para corregir los problemas que genera el primero.