El MAPA publica un Protocolo de Vigilancia y Control de la Fiebre Q para evitar su riesgo zoonótico

La fiebre Q es una enfermedad de distribución mundial, con especial importancia en sanidad animal y salud pública, al ser una zoonosis. El agente etiológico en una bacteria intracelular Gram negativa, Coxiella burnetii, con la capacidad de formar pseudoesporas resistentes al calor y a la desecación y con gran poder de dispersión e infección.

Fecha: 29-Mar-2022

Tags: mapa , Fiebre Q

Fuente: Interempresas

El control de la fiebre Q, especialmente en el ganado bovino, ovino y caprino, es clave para reducir la incidencia de la enfermedad en humanos, por lo que es importante establecer planes de vigilancia y control basados principalmente en la detección y en medidas de profilaxis e higiene en los establecimientos.

Con este objetivo, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha publicado un Protocolo de Vigilancia y Control de la Fiebre Q, que persigue establecer acciones que permitan reducir la prevalencia de la enfermedad en el ganado y, por tanto, la reducción del riesgo de aparición de brotes en la población.

Protocolo de Vigilancia

Se establecen dos tipos de vigilancia según las medidas adoptadas:

  • Vigilancia pasiva. Cuando se declaren abortos sospechosos en un establecimiento de rumiantes, se investigará sistemáticamente la presencia de Coxiella burnetii. De forma general se tomarán las siguientes muestras, preferentemente de hembras recién paridas o abortadas para la realización de PCR: dos hisopos vaginales por cada animal, de un total de diez, preferentemente el día del parto o dentro de los ocho días posteriores, dos hisopos rectales por cada animal, de un total de diez animales, y muestras de leche de diez animales, así como del tanque.
  • Vigilancia activa. Encaminada a la detección de C. burnetii en explotaciones sin sintomatología clínica que puedan estar relacionadas a casos humanos, o cuando se realicen estudios de prevalencia en zonas determinadas. Para ello se pueden realizar análisis serológicos de una muestra representativa de animales, según el tamaño de la granja. Para confirmar la existencia de un brote de fiebre Q en un establecimiento, hay que combinar los resultados de la serología con resultados de PCR de animales positivos a la serología.

Plan de Control

Las medidas de control se establecerán en función de la clasificación del establecimiento:

  • Establecimiento negativo. El objetivo principal será vigilar el estado sanitario, asegurando que los animales introducidos proceden de otros establecimientos negativos y realizando controles serológicos en los animales. En el caso del uso de pastos de aprovechamiento en común, se recomienda implementar la vacunación para disminuir el riesgo de infección en zonas donde se hayan diagnosticado rebaños positivos. Por otro lado, se deberán adoptar medidas estrictas de bioseguridad para evitar la entrada de la enfermedad en el establecimiento.
  • Establecimiento dudoso. En los rebaños dudosos se deberá intensificar la vigilancia de partos y abortos y reforzar las medidas de bioseguridad. Además, en los rebaños no vacunados se deberían controlar los movimientos de animales (entradas y salidas del establecimiento) y restringir el acceso a pastos de aprovechamiento en común, así como las visitas del personal ajeno al establecimiento durante el periodo de riesgo (inicio de la paridera hasta dos meses tras su finalización).
  • Establecimiento positivo. Los establecimientos positivos en los que se hayan detectado casos de la enfermedad deberán comunicarlo a las autoridades competentes, además de aplicar planes que incluyan algunas de las siguientes medidas de control: vacunación y revacunación de la recría, limitación de movimientos pecuarios, leche sometida a tratamiento térmico, restricción de acceso a pastos de aprovechamiento en común a los rebaños, restricción de visitas, implantación de medidas de bioseguridad.

Actuación ante la aparición de brotes zoonósicos

Cuando aparezca un brote de fiebre Q zoonósico, tras su notificación, los servicios veterinarios oficiales competentes deberán realizar una encuesta epidemiológica entre las personas afectadas y tomar las muestras correspondientes para su posterior análisis por PCR. El objetivo final es hacer aislamiento y tipado molecular de la cepa de C. burnetii que afecta al establecimiento para verificar el origen del brote.

Si no hay establecimientos sospechosos, se investigarán los lugares en los que las personas afectadas hayan mantenido un posible contacto con ganado en las 2-3 semanas previas a la aparición de síntomas, con el objetivo de seleccionar establecimientos para la toma de muestras que permita encontrar posibles focos. Para ello se pueden realizar inicialmente análisis serológicos de una muestra representativa de animales de los establecimientos de la zona.