El INRAE francés analiza cómo las prácticas de manejo y bienestar animal ayudan a mejorar la calidad de la canal y de la carne en vacuno

El INRAE ha desarrollado un trabajo recientemente publicado y disponible en este enlace en el que muestran cómo las prácticas de crianza implementadas antes de la finalización del ganado vacuno pueden tener un efecto sobre la calidad de las canales y la carne. También muestra que a partir de diferentes prácticas de crianza, es posible producir canales y/o carne de calidades similares. Esta síntesis ha permitido identificar factores de crianza que pueden ser utilizados como palancas de acción para controlar la calidad potencial de la canal y la carne de sus animales durante su vida.

Fecha: 20-Feb-2023

Fuente: Eurocarne

Los factores de crianza identificados muestran que es posible actuar en diferentes períodos de la vida de las vaquillas (lactante, crecimiento y finalización). A priori, no tienen efectos antagónicos sobre la calidad de los dos productos. Estas palancas son específicas para controlar la calidad de la canal o la calidad sensorial de la carne. Sólo la edad de sacrificio es común a ambos.

Por lo tanto, la gestión conjunta de la calidad de la canal y la calidad sensorial de la carne se puede contemplar en función de las prácticas de crianza de los animales. En el caso de estudio de las novillas Fleur d'Aubrac, las prácticas de cría con un largo período en el cebadero o con un alto consumo de concentrados permiten la gestión conjunta de estas cualidades. El sacrificio de novillas mayores produce canales y carne de mejor calidad.

Para el sector de la carne de vacuno, estos resultados muestran que es posible gestionar, en el marco de la IGP Génisse Fleur d'Aubrac, la calidad potencial de los animales desde el nacimiento, con el fin de mantener o mejorar la calidad del producto. Es necesario confirmar estos resultados para otros tipos de sistemas de producción antes de poder considerar su extrapolación.

Además, en el futuro, los cambios en las prácticas agrícolas también deberán tener en cuenta las expectativas sociales (como bienestar animal, conservación de la biodiversidad, imagen del producto), restricciones económicas tales como los costes tanto energéticos como de materias primas, ubicación geográfica (altitud, tipo de suelo) y el clima (sequía, heladas tempranas).

Finalmente concluyen que se debe dar asesoramiento adaptado a cada explotación ganadera para ayudarlos a cumplir con las expectativas de la industria de la carne vacuna y de los consumidores, preservando sus condiciones de trabajo y su remuneración.