La Región de Murcia cuenta en la actualidad con una de las colecciones de hortícolas más importantes que existen en España. El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), a través del equipo de Horticultura, lleva más de 30 años trabajando en tareas de prospección y recogida de los principales cultivos hortícolas tradicionales en riesgo de extinción.

La línea de actuación de este equipo de investigación también viene trabajando, desde los años 80, en numerosos proyectos relacionados con la conservación, caracterización, selección y mejora de los cultivos hortícolas.

En la actualidad, la mayor colección de hortícolas de la Región de Murcia está formada por más de 6.000 entradas de los principales cultivos, sobre todo de procedencia española. Aunque también se conservan cultivos de todo el mundo (México, Guatemala, Bolivia, Grecia y Francia, entre otros). Del total, unas mil son variedades tradicionales murcianas y de regiones limítrofes.

El consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca de Murcia, Francisco Jódar, participó hoy en la presentación y degustación de las más de 200 variedades tradicionales de tomate que se conservan en el Banco de Germoplasma. Del total, 140 variedades han sido recolectadas en la Región de Murcia y el resto proceden de diferentes zonas nacionales e internacionales.

El titular de Agricultura destacó el “importante trabajo de investigación que viene desarrollando el Imida” en la conservación y mantenimiento de las variedades tradicionales de hortícolas. Todo este material vegetal “es fundamental para dar respuesta a los diferentes retos a los que se enfrenta el sector agroalimentario murciano”, dijo Jódar.

Ingrediente esencial de la dieta mediterránea

Además, en el caso concreto del cultivo del tomate, el consejero Francisco Jódar resaltó que “es una de las señas de identidad de la agricultura de la Región de Murcia, por su importancia económica y porque es un ingrediente esencial de la dieta mediterránea”.

Por ello, “desde el Gobierno regional vamos a seguir apostando por la investigación y vamos a potenciar la transferencia para que nuestras empresas agroalimentarias sigan ofreciendo los mejores productos y los de mayor calidad a los mercados internacionales”.

En la muestra se presentan los principales tipos de tomate (muchamiel, de flor de Baladre, murciano, de la Sierra, de mesa, cherry, etc.), así como de diferentes características morfológicas y colores (amarillos, naranjas, rojos, etc.).

Dados los múltiples usos a los que se destina (fresco, en conserva, frito, en salsas), existe una gran cantidad de variedades que difieren en color, forma, tamaño y sabor, lo que explica su gran variabilidad genética.

El tomate era un cultivo desconocido en Europa hasta el siglo XVI. Entró de la mano de España, procedente de América Latina. Aunque su centro de origen es la Región Andina y fue domesticado en México, España constituye un centro secundario de diversificación de esta especie y una fuente importante de diversidad genética para los mejoradores.

Banco de Germoplasma

El Banco de Germoplasma del Imida se creó en 2013 para unificar criterios y dar a conocer los recursos conservados. Ahora lo forman cinco colecciones: moreras, cítricos, especies silvestres, frutales y hortícolas.

Las variedades tradicionales son únicas, realizadas y perfeccionadas por los agricultores de cada comarca a lo largo de años de selección y adaptación a distintas condiciones edafo-climáticas y gustos locales, por lo que se consideran parte integrante de la cultura de cada pueblo.

La diversidad de las variedades tradicionales les otorga una gran capacidad de adaptación a posibles cambios ambientales y climáticos futuros. Además, el principal criterio de selección de los agricultores ha sido sus características organolépticas, lo que las convierte en materiales de gran calidad.