FUNCIÓN SOCIAL Y CULTURAL
“Estamos satisfechos del trabajo realizado en colaboración con todos ellos y de que la candidatura haya logrado este reconocimiento”, ha remarcado la directora general, para recordar que la trashumancia cumple en Aragón una función social y cultural, pero también un papel fundamental para el desarrollo sostenible y el mantenimiento de los enclaves naturales aragoneses.
Esta modalidad de pastoreo articula una red de comunicaciones llamadas vías pecuarias, o cabañeras en algunas zonas de Aragón, y ha dado lugar a construcciones arquitectónicas auxiliares. Estas vías pecuarias son en la comunidad “auténticos corredores ecológicos” esenciales para la migración, la distribución geográfica y el intercambio de las especies silvestres.
Asimismo, facilitan el contacto del ser humano con la naturaleza a través de usos alternativos (turismo natural, deportes). Además de su protección legal, su uso por la trashumancia garantiza el uso público de las vías pecuarias.
En la actualidad, el desplazamiento estacional de rebaños sigue siendo un patrimonio vivo que ha originado un rico patrimonio cultural y etnográfico, reflejado en fiestas y tradiciones, en la toponimia, la gastronomía y la arquitectura relacionada con esta actividad. También las manifestaciones de la tradición oral, la artesanía y las técnicas de pastoreo tradicional, así como la ordenación de los pastos en el marco del derecho consuetudinario, son elementos que la cultura trashumante ayudó a transmitir a su paso por los diferentes y distantes territorios de la península.
Los colectivos actuales asociados a la trashumancia buscan, como sus predecesores, apoyar y fortalecer las relaciones profesionales entre sus miembros, velar por los intereses del colectivo, revalorizar el oficio de pastor trashumante y conservar el patrimonio cultural, material e inmaterial, de la tradición pastoril.
TRASHUMANCIA EN ARAGÓN
La trashumancia es el traslado del ganado en busca de pastos guiado por pastores y ganaderos, actividad que constituye una manera de vivir dentro de una economía de subsistencia tradicional en la que la interrelación del ser humano y la naturaleza es completa. Los traslados se realizan por caminos especialmente reservados al ganado trashumante, las cañadas, que en Aragón reciben el nombre de “cabañeras”.
En Aragón, este traslado del ganado (mayoritariamente ovino, pero también equino y vacuno), se da en diferentes niveles de estancia temporal (corta, media y larga duración) y afecta profundamente todos los aspectos de la vida de los ganaderos, los pastores y sus familias. La trashumancia es un proceso pautado por las diferentes labores de cuidado del ganado (esquileo, época de partos, búsqueda de pastos de verano y de inverno, descanso), que se regula de acuerdo con el ciclo estacional anual y diario.
Actualmente, la mayor parte de los pastores trashumantes son ganaderos por cuenta propia y propietarios del ganado que trasladan, asociándose con pastores conocidos de la misma zona para realizar de forma conjunta las rutas y contar con vehículos y personal de apoyo.
En la comunidad existen distintas iniciativas de salvaguarda de esta actividad, como escuelas de pastoreo, museos y centros de interpretación, publicaciones, congresos y encuentros científicos o las acciones de señalización y adecuación de vías pecuarias para dar a conocer estos itinerarios como rutas y senderos turísticos.