El consumo de frutas y hortalizas de los españoles cae en 2,5 kilos al mes por persona en un año

Los datos del informe "La alimentación mes a mes, abril 2023", elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, confirman que el consumo total de fruta y verdura per cápita en España desde mayo de 2022 hasta abril de 2023 ha sido de 128,54 kilogramos, lo que supone una reducción de 32,2 kilos con respecto al 2021; es decir, a 2,5 kilos menos por persona al mes.

Fecha: 12-Jul-2023

Tags: frutas , hortalizas

Fuente: Fresh Plaza

En total, de mayo de 2022 a abril de 2023, los españoles han reducido en 9,7% la compra de hortalizas y en un 9,2% la de frutas frescas. En el caso de las verduras, resalta el descenso de la compra de judías verdes, pimientos y coles (16,1%, 14,1% y 10,1%, respectivamente). En cuanto a las frutas, han perdido peso en la cesta de la compra la sandía (22%), la cereza (un 18%), el melocotón (16,2%) y el melón (15,5%), e incluso los plátanos (7,6%) y manzanas (2,7%)

Sin embargo, a diferencia del consumo, el valor de los productos alimentarios no ha disminuido, sino que, al contrario, ha crecido un 4,5% en general como consecuencia del incremento del precio medio del 11,3%.

Sirve como ejemplo el caso de la cebolla, que ha liderado desde el comienzo del año la subida de precios llegando a multiplicar su precio por seis en el mercado de origen y que ha pasado de un consumo de 7,9 kilos por persona en abril de 2021 a 6 kilos en 2023.

Y es que la falta de disponibilidad de agua ha provocado que el coste de esta hortaliza se mantenga muy alto, acompañado de una reducción en un 40% la superficie empleada para su cultivo.

En otras frutas y verduras, según datos de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores Aecoc, este encarecimiento ha afectado directamente a la decisión de compra de los consumidores; por ejemplo, la sandía llegó a registrar hasta abril un aumento de su valor del 72%, lo que se tradujo en un descenso del 22% en el volumen de compra.

Los próximos informes detallarán el comportamiento del consumidor en este verano, ante los alimentos frescos y con las sucesivas olas de calor como la actual en la que estamos inmersos.