El agro español es un sector limpio, que en 2020 capturó 36’6 millones de toneladas de Co2

Esas capturas de dióxido de carbono casi compensan las emisiones que genera, que en el pasado año ascendieron a 38’2 millones de toneladas, con un balance neto de 1’6 millones de toneladas emitidas al descontar los 36’6 millones de toneladas emitidas, lo que representa únicamente el 0,68% de las emisiones totales en España (234,9 Mt).

Fecha: 10-Aug-2021

Fuente: Horto Info

El agro español es un sector limpio que prácticamente compensa las emisiones de dióxido de carbono (Co2) que emite con las que captura, según recoge el Avance de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero correspondiente al año 2020 publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

La organización agraria Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) ha señalado, basándose en los datos de ese informe, que la agricultura, la ganadería y la silvicultura es el único sector económico con efecto sumidero de dióxido de carbono (CO2), con unas absorciones de ese gas que se estimaron durante 2020 en 36,6 millones de toneladas de CO2.

Dado que las emisiones de estos gases contaminantes en el agro español ascienden a 38,2 millones de toneladas, al descontar los 36,6 capturados, el balance neto de emisiones se reduce a 1,6 millones de toneladas, lo que representa únicamente el 0,68% de las emisiones totales en España (234,9 Mt), indican desde AVA-ASAJA.

El presidente de esa organización agraria, Cristóbal Aguado, señala que “el Gobierno reconoce con datos estadísticos oficiales que el sector agroforestal español, entre lo que contamina y lo que descontamina, apenas tiene una insignificante incidencia en las emisiones. El 14% del cómputo total que le asigna a la agricultura y ganadería se queda en apenas un 0,6% cuando se tiene en cuenta su contribución en captura de carbono, por no hablar de su papel fundamental en la lucha contra la erosión y la desertización, la prevención de riesgos forestales, el fomento de la biodiversidad, la fijación de población en las áreas rurales o la preservación paisajística”.

“Por eso no se sostiene –prosigue Aguado– que los mismos políticos de Valencia, Madrid y Bruselas que son conocedores del papel medioambiental de nuestros agricultores y ganaderos, quienes en muchos casos también gestionan espacios forestales, lleven décadas culpabilizándonos de manera absolutamente infundada del cambio climático. No hay nadie más verde que nosotros, no somos los grandes contaminantes como reiteran, no somos el problema. Somos parte de la solución y, si en lugar de criminalizarnos y de castigarnos con políticas más y más restrictivas nos ayudaran a garantizar una rentabilidad digna, todavía aportaríamos muchísimo más al cuidado del planeta”.