Desde Bruselas: Así afecta la PAC al cambio climático y a la emisión de gases de efecto invernadero

Las mejoras tecnológicas en la agricultura, así como las medidas para contribuir al desarrollo sostenible han hecho que la reducción de la contaminación fuese notable desde 1990; sin embargo, desde 2010, esta tendencia se ha estancado. A medida que la producción agrícola ha ido creciendo, la huella climática por unidad de producción siguió mejorando.

Fecha: 10-Jun-2021

No obstante, es necesaria una mayor reducción de las emisiones para alcanzar los objetivos de la UE para 2030, que implica al menos una disminución del 55% de las emisiones de aquí a nueve años. La política agrícola común, PAC, ha contribuido a reducir las emisiones de GEI gracias a la protección de las reservas de carbono existentes, en particular gracias al mantenimiento de pastizales permanentes apoyados por sistemas extensivos de pastoreo de ganado. Aun así, la posibilidad de aumentar aún más el almacenamiento de carbono en los suelos de la UE es real.

En cuanto a la adaptación al clima, esta se logra fundamentalmente mediante el apoyo a la diversidad de cultivos y sistemas agrícolas, el apoyo a la inversión para la adaptación a las nuevas condiciones climáticas, la limitación de la erosión del suelo y la mejora de la resistencia a las inundaciones. Sin embargo, si la PAC mejora su orientación, mejorará también su eficiencia.

 

Conclusiones del impacto de la PAC en el cambio climático

La evaluación concluye que la reducción de las emisiones de los suelos agrícolas gestionados se aborda mejor en la PAC que la reducción de las emisiones del ganado, principalmente debido a la naturaleza de los pagos y la ayuda de la PAC. Sin embargo, los ganaderos también desempeñan un papel clave en la gestión de grandes superficies de tierra, que son o pueden ser sumideros de carbono, especialmente cuando se gestionan grandes áreas de pastizales permanentes y pastoreo en bruto.

El desarrollo rural apoya la reducción de las emisiones en el sector ganadero mediante diversas medidas, como determinados compromisos agroambientales con respecto a la gestión de los piensos o el estiércol, o inversiones en activos físicos con respecto al almacenamiento de estiércol, el alojamiento de animales o la instalación de digestores anaeróbicos. El apoyo voluntario acoplado en el sector ganadero tiene el potencial de favorecer los sistemas, que son económicamente vulnerables e importantes para la resistencia del territorio. Sin embargo, pueden tener impactos negativos cuando el impacto climático y las necesidades de adaptación territorial no se consideran adecuadamente en el diseño del esquema.

La principal contribución de los sistemas de cultivo proviene de la mejora de la gestión de la tierra, apoyada principalmente a través de compromisos agroambientales y climáticos, y medidas de agricultura orgánica, así como con los cultivos fijadores de nitrógeno, como la alfalfa y la soja, apoyados notablemente con verdecimiento y apoyo acoplado.

Sin embargo, la PAC ha conseguido menos reducciones de emisiones en los pastizales intensivos o en las explotaciones agrícolas. El apoyo a las zonas que se enfrentan a limitaciones naturales ayuda a prevenir el abandono de tierras y la pérdida de pastizales, pero el impacto positivo en la mitigación del cambio climático (por ejemplo, mediante la protección de las reservas de carbono en los suelos) no está garantizado, ya que depende de las prácticas de los agricultores en la tierra.

Las medidas de ordenación de la tierra que abordan la mitigación suelen contribuir a la adaptación del clima. Sin embargo, los Estados miembros no han adaptado la PAC lo suficiente a los fines de adaptación (por ejemplo, la condicionalidad), por lo que su potencial no se utiliza plenamente. Se puede hacer más para difundir el conocimiento y asesorar a los agricultores sobre técnicas y prácticas para mejorar el cambio climático.

El análisis también puso de relieve el papel de la detección de la “mala adaptación”, que podría evitar el gasto público en infraestructuras o sectores que pueden aumentar la vulnerabilidad a medio y largo plazo, como las infraestructuras de riego ineficientes en zonas con recursos hídricos agotados, o mediante la promoción de una especialización excesiva de áreas geográficas enteras.

La evaluación concluye que las medidas de la PAC son coherentes en términos de acción por el clima, pero algunos elementos del diseño general de la PAC (por ejemplo, la exención de los beneficiarios del régimen de pequeños agricultores de la ecologización, la ayuda asociada voluntaria) no son totalmente coherentes con los objetivos climáticos. Sin embargo, las medidas de la PAC centradas en el clima son coherentes con otras políticas de la UE que abordan el cambio climático.