De las aromáticas y los frutales al banco de tierras, una nueva oportunidad para el campo jacetano

La despoblación: ese fantasma que amenaza, desde hace décadas, al mundo rural jacetano. Una batalla contrarreloj que ha obligado a buscar soluciones a marchas forzadas para evitar que desaparezcan nuestros pueblos.

Fecha: 25-Mar-2022

Fijar población en el territorio se ha convertido en un reto para el Ayuntamiento de Jaca que, desde hace unos años, busca alternativas a los cultivos tradicionales para recuperar la tierra como motor de desarrollo y convertirla en fuente de riqueza y empleo. A las plantas medicinales de Bernués y las manzanas autóctonas y los frutos rojos de Ara se suma ahora el banco de tierras de Jaca. Junto a otras iniciativas impulsadas por particulares, como la trufa de la Canal de Berdún o el azafrán de Atarés, el campo jacetano lucha por su supervivencia adaptándose a los nuevos tiempos.

EL BANCO DE TIERRAS, UNA ALTERNATIVA DE SUPERVIVENCIA PARA EL CAMPO JACETANO

El banco de tierras de Jaca es la última iniciativa impulsada desde el Ayuntamiento en el contexto de las políticas de Desarrollo Rural. La idea surgió hace algún tiempo, pero ahora comienza a materializarse con la creación de un registro para poner en contacto a aquellos propietarios que quieran sacar rendimiento a las tierras que no cultivan por diferentes motivos con otras personas -entre ellas, posibles nuevos pobladores- que están interesados en iniciar su proyecto de vida en los pueblos de Jaca.

«El objetivo fundamental del banco de tierras es evitar el abandono del suelo y conseguir el desarrollo socioeconómico de la zona, desde parámetros de sostenibilidad y calidad que permitan preservar, fundamentalmente, los valores agrícolas, paisajísticos y culturales» de los territorios en los que se desarrolla, explica el teniente de alcalde y concejal de Desarrollo Rural de Jaca, Domingo Poveda.

UNA FORMA DE PALIAR LA DESPOBLACIÓN DEL MUNDO RURAL JACETANO

Así, uno de los objetivos apunta a conseguir fijar población joven en la zona. «Todos hemos oído hablar de la España Vaciada -recuerda Poveda-, y esta es una forma de paliar» sus efectos. Aunque sea de una forma limitada, como reconoce el edil.

Pero también «de recuperar regadíos tradicionales o de mantener la biodiversidad», con las consecuencias que a nivel social ello conlleva. Y, justamente, en coincidencia con las bases que inspiran los proyectos de bancos de tierras que se han desarrollado con éxito en otros lugares. Una práctica que cada vez gana más adeptos, como solución al abandono del campo, a la despoblación del medio rural y, por ende, a otros problemas sobrevenidos por estas situaciones, como pueden ser los incendios forestales.

 

En este momento, el Ayuntamiento de Jaca ya ha creado una página web para poner en contacto a cedentes con demandantes.

La primera superficie lista para el cultivo, cedidas por el Consistorio jaqués, ya están disponibles. «El banco de tierras consta ya de unas 14 hectáreas de terreno agrícola: 6,7 hectáreas de regadío en la zona de Batiellas, y 7,5 hectáreas de secano, en la zona de Martillué, en Espuéndolas«, señala Poveda. Para conseguir más cedentes de tierra, se está presentando la iniciativa estos días en La Solana de Jaca, la Val Ancha, la Val Estrecha, el Campo de Abena y el Sur de Oroel.

En la siguiente fase del proyecto, se pretende convertir estos campos, «hoy baldíos y sin rentabilidad», en un instrumento para articular un recurso basado «en productos de kilómetro cero y en una economía circular» que repercuta también positivamente en la riqueza y el desarrollo de toda La Jacetania.

FRUTALES EN ARA

El banco de tierras no es la única línea en términos de Desarrollo Rural en la que trabaja el Ayuntamiento de Jaca. Actualmente, existen «otros dos proyectos que ya están muy avanzados», explica el edil.

Uno de ellos es el cultivo de frutos rojos y la recuperación de manzanas autóctonas en Ara«Ya se cultivaban aquí estos frutos hace muchísimos años y poco a poco se fueron abandonando. La iniciativa surgió de un PDR (Proyecto de Desarrollo Rural) que finalizó el año pasado, en el que participaban el Ayuntamiento de Jaca, los Regantes de Ara, el CITA y los propietarios de la parcela», señala.

Tras la plantación, la implantación del riego por goteo y el estudio de las especies, «estamos a la espera del estudio de rentabilidad económica». A partir de ahí, «otros agricultores, con datos ya muy concretos, podrán sacar adelante iniciativas similares», explica Poveda.

AROMÁTICAS Y MEDICINALES EN BERNUÉS

El otro proyecto experimental y pionero que se puso en marcha en 2017 en una parcela de mil metros cuadrados en Bernués. Allí se cultivan plantas medicinales y aromáticas. Entre ellas, lavanda, lavandina, ajenjo u orégano.

Los primeros datos, que responden al estudio de adaptación al terreno donde se está desarrollando el nuevo cultivo, indican que esta «es muy favorable».

De hecho, «ya se han realizado ensayos con esencias y a partir del proceso de licuación del aceite esencial» y todo parece indicar que se avanza en el buen camino. Como en el caso anterior, en estos momentos se está a la espera de un informe de rentabilidad, por parte del CITA Aragón, que avale la implantación de estos cultivos como una alternativa viable a los usos tradicionales de estos campos.

El banco de tierras de Jaca, las aromáticas y medicinales de Bernués, las manzanas autóctonas y los frutos rojos de Ara… Y otras iniciativas impulsadas en la zona por particulares, como la producción de trufa, ya consolidada en la Canal de Berdún, o el cultivo del azafrán en Atarés, se han convertido en una nueva oportunidad para el medio rural jacetano. Y en una esperanza para luchar contra el fantasma de la despoblación en La Jacetania.