Tenía una vida confortable. Javier Luis, fisioterapeuta. Del Huesca, nada menos. Pero su vocación trascendía este servicio, por otro lado laudable. Fecidió penetrar por otros derroteros. Biología, eso sí, cursada mientras trabajaba. “Me llamaban loco”. Dejó el cuidado de los huesos y las molestias musculares, con el foco ya puesto en los insectos. “Me llamaban loco”, insiste. “El insecto es un animal con una potencia inacabable para generar materias primas”. Pensó primero en las harinas y luego en otros productos de consumo humano. Dio el salto hace dos años. Pero no fue al vacío, así que lo primero fue compartir su empleo con la investigación. El mercado es enorme en su aplicación agroindustrial, con formulaciones para piensos e incluso aceite para elaborar biodiésel.

Ya ha iniciado la fabricación con la transformación de la larva de Tenebrio Molitor, el gusano de la harina. Idóneo para la fabricación de piensos, muy competitivo, por lo que llegará a los cerdos y las aves. Sigue con sus prediciones. “Va a ser una proteína más barata, lo que ocurre es que todavía falta industrialización”, al menos en España. En Europa, hay grandes compañías como Agronutris y Protix. Ese es su objetivo: darle dimensión. Y uno subsecuente, ser útil para el consumo humano a través de líneas de comercialización de harinas de insecto.

En los últimos años, la investigación y desarrollo han profundizado en su potencial, pero la producción industrial, con sus licencias y patentes, convertirán este sector en torno a los insectos en una actividad con un gran impulso. Hasta ahora, se conocía poco más que para el cebo de pescar o el alimento de animales exóticos como pájaros. La carencia de proteína vegetal de leguminosas como la soja abre más puertas, y Europa aprueba y legisla esta vía. La Comisión Europea ha aprobado la utilización de proteína de Tenebrio molitor para la formulación de piensos en cerdos, aves de corral, acuicultura y mascotas. Para la industria de transformación ganadera, es un alivio porque puede bajar los costes de producción.

Así es como nace Bugcle. cuya misión define así: “Luchamos por cambiar la manera de producir alimentos y materias primas que ayuden a la salud y bienestar de nuestra sociedad y ecosistemas, apostando por productos competitivos y por la innovación en la industria circular alrededor de los insectos”. Llegan a ella a través de su creencia en un cambio de producción agroalimentaria en la que ecología es compatible con la producción industrial a través de la incorporación del insecto como un eslabón crítico en la cadena alimentaria.

Larvas de la harina

La circularidad es innegociable. La larva deviene en aceite, harina y abono, que se distribuyen desde la industria animal en granjas y agricultura, horticultura y viveros, veterinarias y un planeta más sostenible. El conocimiento es el eje de toda la perspectiva de Bugcle. En Huesca, están investigando la automatización y la industrialización con el control de reproducción del insecto. Si se mejora y su engorde es más rápido, su eficiencia tendrá todas las garantías. Para hacernos a la idea, Javier Luis explica que la harina de insecto tiene una potencia proteínica del 70 % por el 30-40 por cada cien gramos de la soja. Sucede lo mismo con el aceite y su alto contenido de grasas insaturadas, que lo hace propicio para piensos y farmacia. “Para los productores de pienso la inclusión de macros y micronutrientes de calidad en sus formulados de pienso con el uso de nuestra harina y aceite.

La larva, a su vez, ofrece una alimentación saludable para animales de compañía, como roedores, lagartos, pájaros, tortugas…

En sus instalaciones de la calle Reciclaje del Polígono Monzú, con su compañera Natalia Vicién Becerra (ingeniera agrónoma y tecnóloga de los alimentos), su gama abarca ya cuatro productos. Por un lado, la larva deshidratada, la harina proteica y el aceite. Por otro, el denominado G-uano, que ayuda al hortelano a mejorar la macrobiota del suelo y aumenta la cantidad de nutrientes para una mejor absorción de sus plantas. Igualmente, se controlan las plagas por la estimulación de las defensas internas de las plantas contra hongos, bacterias y virus. Y la producción es ecológica y sana por cuanto el abono es 100 % orgánico, con lo que entra más nitrógeno en la planta. En definitiva, hay unos buenos rendimientos que ya han comprobado en Viveros Oliván y Ecohuerto Kilómetro 0 en Huesca.

Al CEEIARAGON

Paso a paso, contemplando todas las variables, además de la investigación hay ya una incipiente producción de treinta kilos mensuales de harina y otros 15 de fertilizante. Pero hay una nueva perspectiva para Bugcle. En 2023, se instalará en el CEEIARAGON, con tres objetivos para los dos próximos años: la explotación produciendo larva viva hasta media tonelada para bajar los costes, una línea de transformación en harinas y aceite, y la automatización, para la que ayudan los trrescientos metros cuadrados y favorecerá a su vez la producción. “La idea es dar el salto a una planta industrial en tres años”, para fabricar entre dos y cinco toneladas. En Europa, hay ya grandes compañías que fabrican hasta 50 toneladas, como la francesa Ynsect, concentradas más en el engorde del insecto mientras Bugcle se centra en el control de la reproducción y la escalibilidad industrial, para que el engorde sea menos costoso y no se incurran en errores. Un camino en el que el músculo de la robótica será fundamental.

Javier Luis entrará en rondas de inversión precisamente para hacer los procesos más escalables, buscar una planta industrial y que sea alrededor de Huesca. Hay fondos inversores interesados en este sector por su futuro. El crecimiento anual en Europa alcanza el 30 % de producción y se prevé que en 2029 sea de 800 millones su facturación. “Está en auge claramente”

Luego, se abrirán líneas de negocio para el consumo humano. Cuando se abra a esta alimentación, se mejorará la nutrición para colectivos como “los diabéticos, porque tiene bajo contenido en carbohidratos”.

“Ahora estamos en una fase donde se han desarrollado los prototipos y los productos viables para su comercialización. Planeamos el salto a la fase preindustrial con la adquisición de maquinaria industrial en línea para mejorar nuestros procesos, apoyándonos en los servicios CRECE del CEEIARAGON, que está siendo un punto de apoyo clave en la búsqueda de financiación para nuestra escalada industrial y el apoyo del Gobierno de Aragón que está comprometido por la perspectiva de que este sector sea prometedor”.