Todo ello en línea con los objetivos fijados por Bruselas que obligan a que, para el año 2020 el 20% del consumo energético proceda de energías limpias, lo que significa 4 puntos más que ahora.

Orellana destacó el papel de las energías renovables en el proceso de descarbonización de la economía. Proceso, puntualizó, que se presenta como objetivo de la futura ley de cambio climático y transición energética.

En el ámbito de los regadíos, la directora general hizo hincapié en el profundo proceso de modernización al que se ha sometido el regadío en España durante los últimos decenios. Para ello, ha señalado, se ha actuado en más de 1,5 millones de hectáreas, lo que ha requerido de mucha inversión y mucho esfuerzo de los actores implicados.

Como resultado de este proceso de modernización, explicó Orellana, se ha constatado una clara tendencia a un menor consumo de agua, de forma que si en el riego de una superficie de alrededor de 3,6 millones de hectáreas se empleaban en 2004 alrededor de 17.808 hm3, en 2014 esta cantidad se redujo a 15.129 hm3.

La directora general aseguró que esa modernización del regadío ha supuesto un destacado incremento de la eficiencia hídrica, con importantes ahorros de agua en beneficio de todos. Una eficiencia hídrica indicó, que ha conllevado, por otra parte, un incremento muy significativo de las necesidades de energía para hacer operativos esos sistemas de riego más eficientes.

Por ello apuntó la necesidad de seguir explorando la utilización de las renovables en el sector del riego. Una incorporación que ya se ha ido produciendo en el caso de la energía minihidraúlica, especialmente en sistemas de abastecimiento urbano. Y que, según planteó la directora general, deben tener su espacio en las redes de distribución del sector.

En el caso de la energía eólica, la más antigua de las renovables en el sector del riego, Orellana explicó que su penetración en el momento actual es aún escasa, mientras que la energía fotovoltaica en el sector agrícola y, en particular en el riego, es ya una realidad, aplicándose a pequeña escala para explotaciones donde el suministro del agua requiere baja potencia