ANOVE: «es fundamental contar con nuevas técnicas de edición genética»

Como motivo de la Reunión informal ministerial de Agricultura que tendrá lugar los días 4 y 5 de septiembre en Córdoba dentro de las actividades de la Presidencia Española de la Unión Europea, ANOVE manifiesta una vez más su opinión con respecto a la importancia de una correcta regulación de las denominadas técnicas de edición genética.

Fecha: 04-Sep-2023

Fuente: Fruittoday

Para ANOVE es fundamental poder disponer de estas técnicas en la Unión Europea para conseguir así los avances necesarios en mejora vegetal que consigan alimentar a una población creciente de una manera saludable, segura y siempre intentando minimizar los impactos del cambio climático.

Tras la publicación el pasado mes de julio de la propuesta de regulación por parte de la comisión, ANOVE quiere recalcar que desde el sector obtentor recibió con satisfacción esta propuesta, largamente esperada, si bien hay aspectos que deben ser estudiados en profundidad o se hallan pendientes de desarrollos posteriores que pueden ser decisivos a la hora de poner en el mercado una variedad mejorada con el uso de estas herramientas.

La Comisión ha diferenciado las plantas obtenidas por nuevas técnicas genómicas (resultantes de métodos de mutagénesis dirigida y cisgénesis) de las plantas transgénicas (variedades que incorporan ADN de especies foráneas), cuya regulación no se modifica.  Para ello, establece dos categorías de plantas NGT, cada una con requisitos y procesos de autorización adaptados: en el caso de las plantas NGT de categoría 1, “similares a las convencionales”, que podrían haberse obtenido con métodos de mejora tradicional o producirse espontáneamente en la naturaleza, se someterán a un procedimiento de verificación simplificado que evita los requisitos de aprobación obsoletos e impracticables de las variedades transgénicas.

Este aspecto resulta de crucial importancia para las pequeñas y medianas empresas, para las que los altísimos costes derivados de la actual regulación suponen una barrera prácticamente infranqueable para acceder al mercado.

El uso de estas técnicas permitiría acortar significativamente el tiempo necesario para poner una variedad nueva en el mercado pasando de los 10-12 años actuales a apenas 5-7 años. Este objetivo es esencial para poder hacer frente lo antes posible a los retos que plantea el Pacto Verde europeo, los efectos derivados del cambio climático y las crisis geopolíticas que impactan en la cadena de suministro alimentario. La propuesta presenta, sin embargo, algunas incoherencias, como la prohibición de utilizar plantas derivadas de NGTs en la agricultura ecológica, al privar a los productores que apuestan por este modelo de la libertad de elegir nuevas variedades más resistente a plagas y enfermedades, más resiliente a los cambios climáticos y con un mayor potencial productivo para hacer el cultivo sostenible económicamente.