Amarga Navidad para los turroneros con caída de la producción de miel y almendra y exceso de importaciones

Los productores piden un etiquetado más claro de los dulces navideños para que se conozca su procedencia por parte de los consumidores

Fecha: 19-Dec-2022

Tags: almendra , miel , navidad

Los dulces navideños no faltan en casi ninguna mesa de España durante estos días. Un producto esencial y cuyas materias primas, sin embargo, no son siempre de origen español. La miel y las almendras son dos sectores fundamentales en España que fijan población sobre todo en zonas desfavorecidas como las dedicadas al secano. La almendra convive con el cereal o el girasol para muchos agricultores que tienen diversificados sus cultivos, mientras que la miel es una pieza clave en los ecosistemas gracias a la función de polinización que realizan las abejas.

Sin embargo, la Navidad no está endulzando tanto como se esperaban los productores que se dedican a este sector. Un año que, sobre todo en la almendra, no había comenzado de por sí con buen pie: “hemos tenido un 2022 muy complicado, marcado por las heladas en el mes de abril que ya nos provocó un descenso de la producción del 30 por ciento; a ello se unió el caluroso verano que hemos vivido y que ha sido la puntilla” reconoce Javier Fatás, responsable del sector en COAG en declaraciones a Agronews.ç

No le fue mucho mejor a la apicultura, cuya producción final fue menor del 50 por ciento de lo que se recogería un año normal y al que el extenuante calor y el estrés hídrico llegó a provocar que las abejas terminasen comiéndose, incluso, su propia miel. Sin embargo, aunque esperaban un incremento de los precios que beneficiasen al agricultor, las cifras no hicieron más que caer: “No es que no hayan ido al alza, sino que los precios no se han mantenido y su valor se ha perdido”.

Cifra un descenso en torno al 8 por ciento para la almendra (de 2,85 euros el kilo a los 3,5 euros), un 10 por ciento para la miel y, como consecuencia, la falta de demanda por parte de la industria del dulce. Mucho mayor descalabro ha sufrido la miel ecológica cuyos precios han descendido hasta un 30 por ciento.

Con estos mimbres se llega a la Navidad y, según reconoce Fatás, los precios en origen siguen sin aumentar mientras que los precios finales en los lineales se encarecen cerca de un 10 por ciento basándose en que hay unos mayores costes de producción. En resumen, los turrones y otros dulces navideños elaborados con miel o almendra cuestan un 10 por ciento más a la par que los ingredientes con los que se elaboran descienden sus beneficios un 10 por ciento. Una bajada de la demanda que achaca a las “importaciones excesivas” de estas materias primas que evitan el producto de origen nacional.

 

Más y mejor etiquetado

Como parte de la solución al problema, Javier Fatás apuesta por un etiquetado más claro que deje patente que el producto se ha originado de principio a fin aquí: “Son alimentos muy tradicionales que se vinculan estos días a la cercanía del territorio o a determinadas zonas del país y se da por hecho que están elaborados con materias primas españolas cuando no es así. Si aparece mejor reflejada la procedencia, se ayudaría a que la industria turronera apostara por un producto nacional”, explica.

La mayoría de almendras vienen de Estados Unidos, donde se producen de manera “super intensiva”, mientras que la miel llega de China, Portugal o Rumanía, países con legislaciones más laxas y que no obligan a especificar, entre otros asuntos, si la miel es pura o tiene glucosa u otros componentes.  

Mientras tanto, el producto abejero se almacena en cooperativas y no encuentra salida en el último año porque, según explican desde COAG, “la industria ha importado en este año 2022 más toneladas de miel que nunca antes en toda la serie histórica”. En el caso de la almendra, el pasado año se superaron las 120.000 toneladas de importación.

Por ello, han reclamado que se tomen medidas legislativas claras para acabar con la especulación de estos mercados que, en años como este, lastran aún más las producciones finales de estos dulces y terminan amargando a quienes deciden dedicarse a un sector que, cada día, lo tiene más difícil para subsistir.