Otras pandemias que nos atacan / Luis Miguel Ferrer

Fecha: 03-Aug-2020

Luis Miguel Ferrer 
Departamento de Patologia Animal
 Facultad de Veterinaria - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
lmferrer@unizar.es

Este año, todo el mundo ha conocido la palabra “pandemia”. Lo que antes era un simple vocablo técnico del mundo sanitario, ha pasado a ser la palabra de moda.

No obstante, la información ha sido monodireccional y solamente se habla de coronavirus, ni tan siquiera eso, exclusivamente de COVID-19.

Los coronavirus son viejos conocidos en ganadería y con los que convivimos, con más o menos acierto, desde hace décadas. Las pautas vacunales, medidas sanitarias y programas de control generan ciertas discrepancias, pero se conocen con bastante fiabilidad. No obstante, la COVID-19 nos ha demostrado que va más allá de lo que esperábamos y nos ha puesto a todos bajo la espada de Damocles, llevándose toda la atención política y mediática y, con ello, toda la inversión en investigación (o casi toda), dejando al resto de enfermedades desatendidas.

Hemos actuado, como casi siempre, de apagafuegos y esa forma de actuar nunca ha sido la mejor forma de abordar los problemas. La prevención, como tal, no la teníamos, porque la enfermedad no existía, pero nuestro sistema sanitario se encontraba cada vez más descuidado y, al final, nos ha cogido el toro.

A pesar de lo que parezca, no voy a criticar el sistema, bastante tenemos con intentar salir de ésta. Lo que no es lógico, es que descuidemos “todo” para centrarnos solamente en la COVID-19. El problema es de gran envergadura y llamativo, pero pequeños avisos de “pandemia” nos están llegando por otros lados y no les hacemos demasiado caso.

Cada año, por el cambio climático o sin él, nos llegan nuevos problemas, como algunas enfermedades vehiculadas por vectores, tales como insectos, ácaros, arácnidos, etc., que nos invaden sutilmente y que vienen para quedarse, pero también ven incrementada su incidencia otras patologías que ya teníamos.

¿Quién no ha oído hablar de garrapatas o caparras, como les llamamos por estas latitudes? Estos pequeños “bichejos” están proliferando de forma impresionante y, resulta casi imposible hacer una excursión al campo, metiéndose por la monteriza y no salir con alguna garrapata pegada a la ropa o a nuestra propia piel.

Pues bien, ante el requerimiento de algunos compañeros veterinarios del mundo rural, el personal del Servicio Clínico de Rumiantes hemos estado estudiando, en estos últimos meses, un problema que se repite cada año en primavera y que está poco estudiado.

La alerta nos la dieron al comprobar que cada año, a finales de primavera y principio de verano, se incrementaba el decomiso de canales de cordero, por su coloración amarillenta. La conformación de estas canales no es mala, ni los animales en vida muestran signos de enfermedad. Simplemente, algunas canales tienen un tono amarillo que las inutiliza para la venta.

De la mano de los clínicos veterinarios hemos explorado, fotografiado, tomado temperaturas y muestras de sangre para acabar siguiendo a los animales y sus canales hasta el matadero. Se han realizado cientos de análisis de sangre, microbiológicos, toxicológicos y PCRs, gracias a la empresa de diagnóstico Exopol, para intentar acotar el problema y poner nombre al agente causante.

Al final, a falta de corroborar la información que estamos procesando y que seguiremos recogiendo y procesando durante este año, y especialmente en la próxima primavera, el “bichejo” responsable del proceso podría ser la garrapata, que transmite unos pequeños parásitos sanguíneos que se meten en los glóbulos rojos, los van rompiendo y los pigmentos liberados tiñen la canal.

Parece un problema suave que no mata en la granja, pero que provoca el decomiso de esas canales y resulta mucho más dañino desde el punto de vista económico.

Las garrapatas están en plena expansión y transmiten enfermedades muy graves a la especie humana y a otras muchas especies, pero no estamos prestando la suficiente atención al problema. El abandono del mundo rural, el embastecimiento de los campos, la monteriza y la falta de cuidados en nuestros montes, favorece la persistencia de estas plagas. Pueden ustedes preguntar a los pastores, pero también pueden preguntar a nuestros amigos urbanitas que han salido con su perro al campo y han recogido docenas de garrapatas en su propia mascota.

Hoy no les prestamos atención e investigamos más bien poco (aun teniendo en Zaragoza uno de los grandes expertos en este tema, como es el Dr. Estrada), mañana será tarde y como se ha comprobado con laCOVID-19, mucho más costoso.