Flúor, alimentación y caries en la infancia / Jesús Fleta

Fecha: 21-Feb-2022

Jesús Fleta
Departamento de Fisiatría y Enfermería
 Facultad de Ciencias de la Salud - Universidad de Zaragoza
Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2)
jfleta@unizar.es

El flúor es un oligoelemento muy escaso en el cuerpo humano, pertenece al grupo de los halogenados y se encuentra generalmente en forma de fluoruros. Se le reconoce como un elemento esencial que favorece la estabilidad y dureza de los dientes y de los huesos y protege al esmalte contra la caries.

Este elemento se encuentra en el agua y en el suelo en forma soluble y está presente en plantas y animales que pueden ser consumidos como alimento por el hombre. El contenido es mayor en aguas alcalinas y calientes en las cuales adopta la forma de fluoruros y ácido fluorhídrico, fundamentalmente. Se encuentra en mayor proporción en algunos vegetales, como el té, que puede llegar a contener 60 mg/litro y en algunos pescados como por ejemplo en la caballa en conserva, sardinas en lata y salmón enlatado, entre otros. Las carnes contienen, en general, menos de 2 mg/kilo, así como la mayor parte de los alimentos vegetales. El contenido en la leche de vaca es de 0,2 mg/litro aproximadamente y en la leche de mujer oscila entre 0,05 y 0,25 mg/litro.

 


 Tabla I. Contenido de flúor en algunos alimentos (ppm o mg/kg)

Se estima que el flúor ingerido al día puede variar desde 0,4 hasta 2 mg, en dependencia del tipo de agua consumida y de la fluoración de la misma. En la Tabla I se muestra el contenido de flúor en algunos alimentos y en la Figura 1, algunos alimentos ricos en este mineral.

 

Figura 1. Alimentos ricos en flúor
(Fuente: https://www.salood.com/que-alimentos-continenen-fluor/)

 

Los fluoruros se absorben a lo largo de todo el tracto gastrointestinal, preferentemente en estómago e intestino delgado y ante medios ácidos, y se fija en la matriz mineral de los huesos y de los dientes. La acción del flúor se lleva a cabo mediante la estimulación de la secreción de proteínas de la matriz del esmalte y de la actividad enzimática en los osteoblastos, por ello se cree que este mineral puede tener importantes implicaciones en el crecimiento del niño.

La caries dental en la infancia tiene una gran prevalencia y constituye un problema de salud pública en muchos países del mundo. En Zaragoza nosotros encontramos una prevalencia del 61% en población escolar de niños de 6 a 14 años y dos años más tarde una prevalencia del 44 %, tras haber aplicado una campaña de educación sanitaria buco dental. Este fenómeno se ha observado en otros países y está relacionado también con el consumo de azúcares. El mecanismo de destrucción del diente se inicia con la descalcificación de la hidroxiapatita, a causa de los ácidos orgánicos resultantes del metabolismo bacteriano procedente de los hidratos de carbono de la dieta. Posteriormente se destruye la matriz orgánica por acción mecánica y enzimática.

La mejor medida para prevenir la caries es la administración de fluor; además este mineral es necesario durante toda la vida para mantener la integridad de los dientes y de los huesos. Esta medida se complementa con una dieta abundante en frutas y verduras, junto a una higiene dental diaria correcta. La caries puede dar lugar a complicaciones locales como son flemones y abscesos y otras enfermedades periodontales, así como complicaciones sistémicas como nefritis, endocarditis y cuadros reumáticos, sin olvidar tampoco las repercusiones estéticas.

La administración de flúor puede hacerse de forma sistémica a nivel colectivo mediante la fluoración del agua de bebida o bien administrando flúor a nivel individual. La fluoración del agua debe hacerse cuando la concentración de este mineral sea inferior a 0,7 ppm (0,7 mg/litro); el nivel óptimo debe ser de 1 ppm aproximadamente. A nivel individual puede administrarse flúor en gotas, solución o comprimidos, a una dosis que depende de la edad del niño y de la concentración de flúor en el agua de bebida. La forma local o tópica puede hacerse con colutorios, pastas, geles o barnices. En la Tabla II se expone la ingesta dietética adecuada de este oligoelemento por grupos de edad.

 

Tabla II. Ingesta dietética adecuada de flúor

El flúor también puede ser tóxico. La cantidad letal de fluoruros en adultos es de 2,5 a 5 gramos (40-50 mg/kg), lo cual equivale a 5-11 gramos de fluoruro sódico. La ingesta de esta cantidad puede producir la muerte en 2-4 horas. En niños la dosis letal es de 30-70 mg/kilo de ion flúor, lo que equivale a unos 500 mg para un niño de 3 años, 750 mg para uno de 6 años y 1 gramo para uno de 9 años.

La ingesta de flúor durante largo tiempo también puede originar graves consecuencias. La ingesta de agua con más de 2 ppm de flúor conduce al llamado “esmalte moteado” o fluorosis, con importantes alteraciones en el esmalte, así como alteraciones en los huesos de la cabeza y en el tronco y, finalmente, puede llegar a producir cifosis y anquilosis de caderas y rodillas.

Se recomienda la fluorización del agua corriente si esta es deficitaria, el uso correcto de las pastas dentífricas con cepillado diario de los dientes, la visita periódica al dentista cada seis meses aproximadamente y, finalmente, se debe evitar la ingesta excesiva de sacarosa y azúcares refinados, tanto en cantidad como en frecuencia, así como estimular el consumo de hidratos de carbono fibrosos, como frutas, verduras y cereales.