El documento arranca con contundencia diciendo que "el sector porcino español es el principal sector ganadero en nuestro país, además de posicionarse entre los principales productores a nivel europeo y mundial" y destaca que "su estabilidad depende, en gran medida, del nivel de exportaciones de animales vivos y sus productos, tanto en otros Estados miembros como en terceros países", una dependencia que se ha incrementado en los últimos años.

Asimismo, remarca que "el mantenimiento de la cabaña porcina nacional como libre de enfermedades de declaración obligatoria es crucial para el correcto funcionamiento de este flujo comercial y, por consiguiente, para la rentabilidad de las explotaciones porcinas y del sector en el su conjunto".

Desde 2006 ha desarrollado un Programa de Vigilancia Serológica del ganado porcino, que establece las bases técnicas para la vigilancia de enfermedades infecciosas como la PPA y que se desarrollan y adaptan a través del Programa Nacional de Vigilancia Sanitaria Porcina. En el contexto actual, el MAPA ha tenido que dar un paso más y expone, en la introducción de este documento, lo siguiente:

"Sobre la base de los resultados del análisis de riesgo motivado por el cambio de situación epidemiológica causado por el incremento en la incidencia de Peste Porcina Africana (PPA) en los países del centro y este de Europa, y siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea, se hace necesario mantener los esfuerzos de vigilancia con el fin de conseguir una detección precoz en caso de que se produzca la incursión de virus de la PPA en España, optimizando en todo momento los recursos disponibles .

Este plan, que no tiene una duración determinada, sino que se desplegará de forma anual por un tiempo indeterminado y está enfocado a la detección precoz de las enfermedades que han tenido mayor repercusión en el sector, que son la peste porcina clásica (PPC) y la PPA, "sin menoscabo de cualquier otra enfermedad de declaración obligatoria que pueda afectar al sector porcino".

Este Programa de Vigilancia consta de un componente pasivo y otro activo.

• El componente pasivo se fundamenta en campañas de información y concienciación, con cargo a las autoridades competentes de cada Comunidad Autónoma, para la detección precoz de posibles casos de PPA y la comunicación de casos compatibles con estas enfermedades.
• El componente activo abarca tres tipos de acciones, que son las siguientes:
• Vigilancia serológica de explotaciones, con muestreo serológico periódico de una muestra de la población de forma que sea representativa del censo porcino nacional.
• Vigilancia en movimientos intracomunitarios y de terceros países: análisis serológico y virológico de partidas de animales procedentes de movimientos intracomunitarios y/o de terceros países.
• Vigilancia en la fauna silvestre (jabalíes).

Cabe destacar que el plan establece una vigilancia especial en las condiciones de limpieza y desinfección de los vehículos de transporte de animales vivos que procedan de los países de mayor riesgo en relación a la posibilidad de entrada del virus de la PPA. "Los vehículos de transporte son una vía frecuente de propagación de las enfermedades que se atribuyen al transporte, por lo que el 24% de los casos de propagación de enfermedades se atribuyen al transporte ", expone el documento. Por eso, el plan de vigilancia especial que se establecerá para el transporte de animales vivos requerirá tanto controles físicos como documentales. Precisamente, PORCAT ha reclamado más medidas para mejorar la limpieza y desinfección de los vehículos que transportan animales vivos y proceden de otros países, por lo que espera que las medidas contempladas sobre el papel se trasladen de forma efectiva a la práctica.

Pincha aquí para ver completo el Programa Nacional de Vigilancia Porcina Sanitaria .