El cultivo legal de adormidera hace que la región sea una referencia mundial

La amapola, que se utiliza para productos farmacéuticos, requiere una autorización oficial para que sea posible hacer la siembra. Alcaliber es la única empresa que puede facilitar la semilla, además de controlar la cosecha y comprar la producción

Fecha: 20-Apr-2017

El campo castellanoleonés, que en invierno y verano apenas goza de diversidad en el colorido, se viste con más gracia en otras épocas. Hay cultivos como la colza que llenan el paisaje de hermosura en la primavera. También existen algunas fincas repletas de amapolas que, en el momento de la floración, derrotan al indiferente. Pero el atractivo no está solo en lo visual; el interés incide además en los aspectos agronómicos y en la rentabilidad que suponen estos cultivos.

España es el segundo productor mundial de opio legal, tras Australia, aunque apenas hay interés en difundir mucho las particularidades de esta siembra. Castilla y León es una de las principales regiones españolas productoras, donde florece de manera que es imposible que pase inadvertida. El año pasado fueron 13.000 hectáreas las sembradas en el Estado, por las 19.500 hectáreas australianas. Fueron en 2017 un total de 356 agricultores quienes la cultivaron frente a los 313 de la campaña anterior.

El opio y la paja de adormidera -Papaver somniferum, nombre científico de la planta- son las partes de las que se obtienen alcaloides como la morfina, la tebaína y la codeína. Son todos ellas las sustancias que se emplean en la industria farmacéutica bajo estrictos controles que hacen imposible su cultivo, obtención y manipulación sin rigurosos controles e imprescindibles autorizaciones. Es precisamente este celo el que hace que la amapola real pueda ser un cultivo interesante para la economía del agricultor.