RICA Administrador · 06 September 2019
Hoy en día, en las explotaciones agroalimentarias se valora principalmente la productividad del cultivo. Por ello, los agricultores de zonas semiáridas se centran en monocultivos de especies herbáceas cerealistas y su manejo intensivo para aumentar la productividad, sin hacer hincapié en los problemas ambientales causados en el agrosistema. La diversificación de cultivos y la gestión sostenible de los suelos es fundamental para mantener los suelos en buen estado, tanto para cubrir las necesidades de la agricultura como las del medio ambiente.

Por otro lado, cada vez más, el consumidor es más consciente de que la adecuación del patrón de consumo alimentario hacia modelos más saludables puede contribuir de manera importante a la disminución del riesgo de sufrir ciertas patologías y a la promoción de la salud.

Dos ejemplos de cultivos adecuados para zonas semiáridas y que, además, son muy valiosos desde el punto de vista nutricional son los pseudocereales: trigo sarraceno y quínoa (se denominan así porque no pertenecen a la familia de las gramíneas como los cereales, sino que provienen de plantas de hoja ancha).

El trigo sarraceno tiene propiedades nutricionales muy similares a los cereales, pero con algunas ventajas muy importantes que conviene tener en cuenta: posee proteína de alto valor biológico, es decir, proteína con una cantidad suficiente de aminoácidos esenciales. Este cereal no contiene gluten, por lo que es apto para las personas celiacas o intolerantes al gluten. Aporta carbohidratos de absorción lenta, que son paulatinamente absorbidos y regulados por el organismo y son la fuente más eficiente de energía. Es rico en fibra. Además, posee algunas vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales muy importantes. El trigo sarraceno es el único cereal que contiene vitamina P, esencial para el corazón y la salud cardiovascular. También vitamina E, colina, vitaminas del grupo B y ácido linoleico (Omega 6). En cuanto a minerales, destaca su contenido en calcio, azufre, zinc, magnesio, fósforo y potasio.

En el caso de la quínoa es importante destacar su alto contenido en proteínas (más alto que el trigo y el maíz). Según la variedad de la quínoa, puede llegar a contener hasta un 20% de este nutriente. Para todas aquellas personas que siguen una alimentación vegetariana, el consumo de quínoa es fundamental, puesto que aporta una proteína completa y no necesita ser complementada con ningún otro alimento. Su proteína es completa, es decir de alto valor biológico. A diferencia de otras semillas es rica en aminoácidos como la lisina (importante para el correcto desarrollo cerebral), arginina e histidina, básicos para el crecimiento durante la infancia. Así mismo, es una alta fuente de metionina y cistina. Es rico en ácido linoleico, que es un ácido graso esencial polinsaturado perteneciente a los ácidos Omega 6, importante precursor de diversos mediadores celulares indispensables para el correcto funcionamiento y estabilidad de las membranas de las células de nuestro organismo, el desarrollo del sistema nervioso, el hormonal y la regulación de los procesos de coagulación. La quínoa es de fácil digestión, muy asimilable, libre de gluten, por lo que resulta apta para personas celíacas o intolerantes al gluten. Su índice glucémico es muy bajo, siendo muy apropiado para diabéticos (siempre en cantidades moderadas). Contiene minerales como el hierro, magnesio, calcio y fósforo, y vitaminas (C, E, B1, B2 y niacina). También es una excelente fuente de fibra soluble e insoluble.

Estos cultivos se podrían implantar en un sistema de rotaciones alternativas con cereales tradicionales como el trigo o el maíz. La implantación de estos cultivos podría preservar los recursos hídricos y mejorar la calidad de los suelos, ayudando a conseguir una producción agrícola más sostenible y una diversificación de la producción que podría mejorar la renta agraria de los productores. Además, estos productos presentan propiedades nutricionales beneficiosas para la salud del consumidor y no contienen gluten, de modo que pueden ser consumidos por personas celiacas o intolerables al gluten.

Raquel Ciércoles Tejeda - Fundación Parque Científico Tecnológico Aula Dei.