Un proyecto de reciclado de pequeños plásticos, incluido en el catálogo de buenas prácticas de economía circular

El proyecto piloto de clasificación y reciclado de pequeños materiales plásticos que impulsa la Alianza para el Reciclaje de los Pequeños Plásticos (ARPP) en la ciudad de Valencia ha sido incluido en el Catálogo de Buenas Prácticas de Economía Circular que acaba de publicar el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Fecha: 01-Dec-2022

De este modo, el Catálogo, que identifica los modelos de buenas prácticas de economía circular realizadas en España que puedan ser transmisibles y escalables a otros agentes, ha reconocido como ejemplo de economía circular a este proyecto que se desarrolla en colaboración con la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Valencia y tiene como objetivo facilitar el reciclado de pequeños plásticos como cápsulas, tapones, tapas y yogures.

Modelo de economía circular

En la actualidad, los pequeños plásticos como cápsulas, tapones y tapas y algunos yogures que se depositan en el contenedor amarillo no se consiguen separar y reciclar en parte de las plantas de selección de envases de nuestro país. Con el objetivo de contribuir a reducir las tasas de rechazo a vertedero e incrementar el porcentaje de plástico reciclado, la Alianza para el Reciclaje de los Pequeños Plásticos, ARPP, está desarrollando este proyecto piloto en la planta de selección y clasificación de residuos de envases ligeros que la empresa pública de la Generalitat Valenciana VAERSA tiene en Picassent (Valencia).

Para ello, en los próximos meses se instalará un robot con inteligencia artificial en la línea de rechazo de material fino de esta planta con la intención de capturar y extraer del flujo de residuos aquellos materiales plásticos de pequeño tamaño que se puedan aprovechar, para su posterior reciclado. En este sentido, los impulsores del proyecto estiman que gracias a esta nueva tecnología se recuperen alrededor de 345 toneladas de plástico al año, que en la actualidad se pierden.

El material obtenido se enviará a empresas recicladoras para su procesamiento. Como resultado, se dispondrá de una granza —material resultante del reciclado de materiales plásticos usados— que se podrá emplear tanto como materia prima de segunda generación para la elaboración de nuevos objetos, como para obtener nuevos plásticos reciclados demandados por el mercado. Todo ello, como claro ejemplo de economía circular.