Tecnologías de fertirriego para sustituir fertilizantes sintéticos por purín

Nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, azufre, hierro, zinc… Estos son algunos de los nutrientes que aportan el estiércol y los purines aplicados a los cultivos como abono.

Fecha: 05-Jul-2021

El Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) trata de encontrar soluciones para mejorar el reciclaje de los nutrientes contenidos en el estiércol cuando se utiliza como abono para los cultivos y reducir las emisiones. Buscan técnicas innovadoras que permitan sustituir al máximo los fertilizantes sintéticos por los purines, teniendo en cuenta la economía circular. Contribuyen a la obtención de directrices de gestión que reduzcan el impacto ambiental de la gestión del nitrógeno y su aplicación agrícola y eviten el exceso de nitrógeno en el suelo. Y están trabajando para mejorar las normas y reglamentos existentes basándose en pruebas de campo e informes técnicos.

Menos emisiones de amoníaco

La aplicación de fertilizantes nitrogenados, tanto sintéticos como estiércol y purines, a la superficie del suelo está asociada a elevadas emisiones de amoníaco nocivo al aire. El proyecto Life Arimeda, liderado por el CITA, pretende contribuir al desarrollo de nuevas estrategias para reducir estas emisiones cuando se aplica estiércol a los cultivos. En este proyecto también participan la Asociación de Defensa Sanitaria Comarcal nº 2 del porcino de Ejea de los Caballeros, Mecaniques Segalés y Riegos Iberia Regaber en España y, desde Italia, la Universidad de Milán, la Asociación Regional de Ganaderos de Lombardía, Agriter servizi SRL y Acquafert SRL; colabora la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Gracias a las tecnologías de fertirrigación a baja presión, “es posible aplicar la fase líquida de los purines durante todo el ciclo de desarrollo del cultivo y sincronizar la aplicación de nitrógeno con las necesidades del mismo”, explica la investigadora del CITA Eva Herrero. Como parte del proyecto, están desarrollando prototipos para la separación de los purines que eliminan gran parte de los sólidos y evitan el riesgo de obstrucción de los emisores de riego. En comparación con las prácticas tradicionales de fertilización que combinan purines y fertilizantes sintéticos, “las emisiones de amoníaco se reducen en un 60% en el caso de la fertirrigación en pivotes y en más de un 95% en el caso de la inyección en el riego subterráneo por goteo, manteniendo el rendimiento de los cultivos”. La reducción de las emisiones de amoníaco “no es sólo un valor medioambiental, sino que también contribuye a mantener el valor fertilizante de los purines”, dijo Herrero.

También se ha demostrado que “mediante la fertirrigación, es posible aplicar cantidades de purines que superen el límite de 210 kg de nitrato por hectárea sin aumentar el riesgo de lixiviación de nitratos, que se controló mediante cápsulas cerámicas instaladas en el suelo”, afirma Dolores Quílez, investigadora del Departamento de Suelos y Riegos del CITA.

Otro proyecto, Purín C+C – Reciclaje de nutrientes mediante la aplicación de estiércol en doble cultivo, coordinado por el Centro de Gestión de Estiércol de Tauste, trabaja de forma que “el estiércol no tenga un tratamiento desfavorable en la normativa respecto a los fertilizantes sintéticos”, dice Quílez. Para contribuir a la mejora de la reglamentación y las normas sobre el uso de estiércol como fertilizante para los cultivos, “es necesario demostrar que es posible aplicar dosis de estiércol superiores a las especificadas en la normativa sin aumentar el riesgo de contaminación del agua por nitratos, con pruebas de campo e informes técnicos exhaustivos que lo avalen”. Los resultados de este trabajo han demostrado que en los suelos profundos de los valles se pueden aplicar tasas superiores a 210 kg de nitrato por hectárea en forma de purines sin aumentar el riesgo de lixiviación de los nitratos.

Por otro lado, el CITA está participando en el Grupo de Trabajo de la Fundación Imeco, que está comparando los sistemas de aplicación de tubos colgantes que aplican el purín en franjas, los dispositivos de disco que aplican el purín de forma local y semienterrada en el suelo, y la acidificación del purín en el momento de la aplicación, que favorece la conservación del nitrógeno en forma de amoníaco frente a su conversión en amoníaco y su emisión a la atmósfera.