Sobre las posibilidad de futuro del empleo agrario en España

Las profesiones agrarias en España, especialmente después del confinamiento, gozan de una buena reputación por parte de la población, aunque un tercio admite no saber nada sobre política agraria, y sigue teniendo una serie de prejuicios negativos, relacionados sobre todo con su nivel cultural y su éxito en el plano económico-laboral.

Fecha: 28-Dec-2021

Es la principal conclusión que se extrae de los resultados del informe El camino hacia el empleo agrario en los Sistemas Agroalimentarios Territorializados, realizado por el Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (CERAI) en colaboración con la Fundación Daniel y Nina Carasso —Daniel Carasso, fundador de Danone, y su esposa Nina— una investigación que parte de la importancia que tiene la incorporación de personas jóvenes a las profesiones agrarias en el ámbito rural —tanto por motivos de equilibrio demográfico como de sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios— y en la que esta incorporación ha sido entendida como un diagrama de flujo, buscando acciones y medidas de sensibilización para influir en él.

El empleo agrario en España

Las principales conclusiones de este trabajo, que se ha realizado a partir de revisión de fuentes oficiales, información bibliográfica, visitas de campo y entrevistas con los actores implicados, son:

  • Las profesiones agrarias en España, especialmente después del confinamiento de 2020, gozan de una buena reputación por parte de la población, debido a que son percibidas como labores que cumplen con una función social de primer orden, como es la producción y el abastecimiento de alimentos.
  • Sin embargo, un tercio admite no saber nada sobre política agraria, y se sigue observando que la imagen de la persona que se dedica a las tareas del campo se encuentra contaminada por una serie de prejuicios negativos, relacionados sobre todo con su nivel cultural y su éxito en el plano económico-laboral.
  • La imagen negativa de las profesiones agrarias alimenta desde hace décadas un éxodo rural que sitúa a las personas cada vez más lejos, física y contextualmente, del lugar donde se producen sus alimentos, favoreciendo el bucle del desconocimiento y el prejuicio.
  • La falta de relevo generacional en la actividad agraria es una realidad debida a que muchas personas jóvenes migran del campo a las ciudades, y la población urbana que tiene interés en este sector profesional se enfrenta a una serie de obstáculos para hacerlo.
  • La desaprobación social de un plan de vida que implique dedicarse al campo, así como la falta de información sobre cómo emprender este proyecto -que, en contra de lo que se suele pensar, exige una gran cantidad de conocimientos de muy distinta índole, desde las leyes y la gestión empresarial hasta la biología y la maquinaria- son algunos de los retos a los que estas personas se enfrentan.