Setas contra las llamas: El proyecto micológico que quiere dar otra oportunidad a Zamora tras los incendios

Aún están a la espera de que la Junta de Castilla y León evalúe y dé los permisos necesarios para poder llevarlo a cabo

Fecha: 31-Oct-2022

“Nadie es profeta en su tierra”, reza un dicho de la cultura popular. Nazaret Mateos es zamorana, pero ha sido en Palencia, en concreto en Paredes de Nava, donde ha conseguido desarrollar un proyecto dedicado a la cultura de la micología, una de las más arraigadas en Castilla y León y que en estas semanas vuelve a tener fieles adeptos que se acercan hasta las zonas donde abundan estos hongos en busca de ellos, sobre todo después de las esperanzadoras últimas lluvias.

Entre Setas nació hace cinco años en esta localidad palentina, lo que supuso todo un reto para una joven que tenía formación académica en telecomunicaciones pero que desde bien pequeña acudía hasta su pueblo, junto a la Sierra de la Culebra en Zamora, a recoger setas: “Trasladé los conocimientos que tenía hasta esta zona y así puse en marcha este proyecto basado en comercializar setas gourmet” explica a Agronews.

A través de la colocación de umbráculos (invernaderos de sombreo) que cuentan con cubiertas vegetales, se logra que los hongos germinen en un ambiente  plenamente natural. Gracias a las plantas que configuran este techo “verde” se genera una condensación que, gracias al cambio de temperaturas entre el día y la noche, permite que se filtre el agua, haya una humedad prácticamente total durante todo el día y se ahorre el riego que tanto costes genera en el agro, máxime en una zona de secano como es Tierra de Campos.

No son las setas que habitualmente se encuentran en los montes o bosques, denominadas micorrícicos y que viven gracias a que están en contacto con raíces de otras plantas, sino que recogen hongos saprófilos, los cuales desarrollan todo su ciclo sobre materia orgánica inerte: “Con este proyecto en el que el agua se reaprovecha constantemente, se ahorran litros de agua y el excedente que pueda haber pasa a acuíferos y, de ahí, al Río Carrión” matiza.

 

Agricultores jubilados que ahora no tienen nada

Para arrancar con ello contó entonces con la colaboración de los vecinos de su pueblo, la localidad zamorana de Villanueva del Valrojo donde, a través de 100 recolectores de la zona,  echaban una mano a su paisana para que le fuera más fácil desarrollar su plan: “son agricultores jubilados que cuentan con una pensión media de 800 euros mensuales, las pensiones por haberse dedicado al campo toda su vida y con las que apenas pueden cubrir gastos”, explica.

Son ellos quienes han estado allí toda su vida y quienes han visto ahora como esa tierra verde se ha teñido de negro tras los incendios forestales de la Sierra de la Culebra y Losacio, que han sumado 60.000 hectáreas calcinadas este verano. Ahora no tienen nada, ni siquiera esa actividad con la que, además de tener un ingreso económico, ayudaban a Nazaret a desarrollar su negocio. Y es a ellos a quienes ella ha decidido recompensar.

Para ello, quiere poner en marcha un proyecto con el que traslada, de nuevo, a la Sierra de la Culebra parte de sus conocimientos del cultivo de esas setas que tiene en su negocio y consigue así que germinen en su entorno natural, además de formar un suelo mucho más rico en nutrientes que regenera la zona afectada, un abonado cien por cien natural y un incremento de la humedad del suelo. Además, podrá ser recogido por sus recolectores, dándoles así de nuevo el sustento económico que han perdido.

 

A la espera de luz verde administrativa

El proyecto se encuentra a la espera de que la Consejería de Medio Ambiente les reciba (Diputación de Zamora y ayuntamientos de la zona se han mostrado favorables al mismo) y poder obtener así los permisos necesarios para arrancar en la campaña de primavera: “Esto puede ayudar a que el terreno esté más abonado y el monte más cuidado para el momento en el que se decida replantar la masa forestal y arbórea perdida por el fuego” comenta. Un proyecto de I+D que no se ha hecho hasta ahora y que quieren iniciar con un piloto en 750 hectáreas para poder luego extenderlo al resto de zonas afectadas.

Pero, sobre todo, Nazaret reconoce que sería una ayuda esencial para esos recolectores, quienes pueden tener la mente más ocupada y ver con optimismo aquello que las llamas les ha robado: “Es triste ver que no sabes por dónde empezar pero si alguien apuesta por la zona, al menos hay esperanza. Estamos fomentando el asentamiento rural y cuando pasan estas cosas, a veces no se valoran los daños sociales que se provoca a su gente”, lamenta.

El tiempo corre y espera que cuanto antes haya respuesta administrativa  porque, como asegura esta joven, “necesitan una solución rápida, a veces no basta solo con que se pague esta u otra ayuda, sino con que se pueda empezar a trabajar”. Una zona que, como buena parte del mundo rural, ya lo tiene complicado en el día a día y que trata de paliar las deficiencias con la tecnología -y muchas veces el ingenio-.

Nazaret Mateos pide unidad de acción porque, como dice, “si se va todos a una, se pueden hacer cosas maravillosas”. Trabajo, tesón y esfuerzo que ha sido reconocido recientemente a través del galardón que concede la Comisión Europea y en el que se le ha distinguido con el premio a la Mejor Agricultura Ecológica. Un respaldo que llega de fuera de España y que ahora espera tener con este nuevo proyecto para poder dar así un balón de oxígeno al medio rural, a sus vecinos y a la tierra… Un lugar donde nadie es profeta.