Sesenta años de ebullición de un sector estratégico

60ºAniversario de Óleo/Opinión Juan Vilar Hernández, analista oleícola internacional, consultor estratégico y profesor de la Universidad de Jaén

Fecha: 22-Dec-2021

Tags: olivar

Fuente: Oleo Revista

La evolución del sector del olivar a lo largo del tiempo ha resultado ser bastante significativa en España. En la actualidad es el país con mayor superficie plantada de olivar del planeta, situándose en un 23,26%. Hoy en día predomina en España el olivar tradicional en mayor proporción con respecto a las plantaciones modernas en copa y en seto. No obstante, la tendencia en los últimos años para el olivar tradicional de secano e intensivo es decreciente, esto es motivado por la transformación en plantaciones modernas. Durante los últimos 20 años, la superficie del olivar ha aumentado en un 20,25% desde 1991 hasta 2020. El incremento de las plantaciones se ha centrado especialmente en olivares intensivos y en seto de regadío incrementando su incidencia en Andalucía occidental y Extremadura.

Superficie del olivar

En cuanto a la producción y la superficie de olivar a lo largo de los últimos 20 años, se puede observar una producción con tendencia al alza, aunque ha ido fluctuando. La superficie de olivar se encuentra en expansión, salvo en el año 2019, que descendieron las plantaciones de olivar, motivada en gran parte por la baja o nula rentabilidad que se obtenía.

En el año 1983 la superficie de olivar distribuida por todo el planeta, en total 20 países, era de casi 7 millones de hectáreas, y prácticamente el 100% era olivar tradicional. Estas hectáreas producían alrededor de 9,5 millones de toneladas de aceitunas, obteniéndose 1,43 millones de toneladas de aceite de oliva. Al comienzo de los años 90 empezó a tener protagonismo el olivar en copa. El aumento más significativo tuvo lugar a partir de 2003, en el que el número de hectáreas ascendía a 8,2 millones. En una década, la superficie aumentó hasta la cifra de 10,8 millones de hectáreas. El olivar creció un 1% anual, hasta que en 2019 la superficie de olivar descendió, hecho que no había ocurrido desde hacía 22 años, provocado por el abandono de olivares con o poca nula rentabilidad.

En los años 90 España producía hasta el 40 por ciento del aceite del planeta, mientras que Andalucía suponía el 80 por ciento de la totalidad de España, que oscilaba en medias de las 400 mil toneladas, con puntas superiores, muy oscilantes a 600 mil. Jaén, ostentaba el 40 por ciento del aceite de España, llegando en puntas a suponer hasta el 25 por ciento del aceite producido en el mundo.

El tipo de cultivo

Con respecto a la evolución por tipo de cultivo según explotación y sistema de irrigación en los últimos 20 años, la superficie de olivar mundial ha tenido un destacado aumento. El olivar intensivo y en seto de regadío han experimentado una notable expansión a partir del año 2016, año en el que también se produce un destacado descenso en la superficie de olivar tradicional de secano.

En 1991 había 26 países productores en el mundo, 7,1 millones de hectáreas de olivar en el mundo, con todo tradicional. Se producía un millón de toneladas de aceite de oliva. En 2041, se prevé que se alcancen los 14,1 millones de hectáreas, 5,5 millones de olivar tradicional. La producción nominal será de 5,8 millones de toneladas 76% moderno, 39% tradicional, real 4,4 millones de toneladas. Los países productores en el mundo de aceite de oliva han pasado de 26 en el año 1991 a 66 países productores en el año 2021.

Las plantaciones de olivar español han aumentado un 5,1% en los últimos cinco años. Andalucía, con 1.630.473 hectáreas de olivar, es la Comunidad autónoma con mayor crecimiento (alrededor de un 6,4% en el último lustro). La provincia de Jaén es la que cuenta con mayor número de superficie a nivel andaluz (584.975 ha), que representa el 35,8% de la superficie de olivar en Andalucía y 21,7% en España.

El crecimiento ha sido gradual en la producción y consumo de aceite de oliva en los últimos años. Sin embargo, la producción no se estabiliza al alza por el propio carácter vecero del cultivo, y la distribución de la superficie a nivel mundial, hace que las producciones no sean constantes e igualitarias en todos los países productores, provocando la oscilación de la producción.