Nuevos retos y oportunidades en la evolución de los cereales

El sector obtentor es el primer eslabón de la cadena alimentaria. Para que una nueva variedad de cereal llegue al mercado, antes, es preciso que la empresa dedicada a la obtención varietal haya tenido la sensibilidad suficiente para detectar la necesidad por parte de los comercializadores de grano, de la industria, de los consumidores, de la sociedad en general y, por supuesto, del agricultor.

Fecha: 16-Dec-2020

Tags: cereales

Fuente: Interempresas

En un entorno de cambio climático como el actual, las empresas de semillas tienen la misión de aportar su experiencia en este campo con el fin de adecuar la oferta de nuevas variedades a las necesidades del cultivo en cada zona. El primer objetivo es seleccionar variedades con una fenología adaptada a las condiciones medioambientales que permitan al cereal superar los periodos de calor y sequía durante la floración y el llenado precoz del grano.

Por otro lado, el agricultor tiene como objetivo último conseguir el mayor rendimiento por hectárea posible. Éste se apoya en la resistencia que caracteriza a las nuevas variedades de cereal ante las nuevas plagas y enfermedades que cada vez son más virulentas.

Conscientes de esta realidad, desde la empresa de semillas RAGT aseguran que “las plataformas de ensayos son el campo de batalla de las empresas obtentoras, donde las mejores líneas de investigación muestran su potencial y adaptación a las condiciones reales de cultivo. Solo las mejores llegarán a ser variedades comerciales”.

Objetivo: acelerar el proceso de adaptación de las nuevas variedades de cereal

Lograr mejores variedades de cereal, en menos tiempo y con la fiabilidad necesaria se consigue gracias a la tecnología. Las nuevas técnicas de edición genética todavía no han sido reguladas de forma efectiva en la Unión Europea. Por el momento las empresas se están apoyando, entre otras tecnologías, en la selección asistida por marcadores moleculares para llevar a cabo el trabajo de mejora.

La experiencia y el trabajo de las empresas obtentoras les permite predecir el aumento en los rendimientos de las nuevas variedades de cerealRAGT estima que, en los últimos años, gracias a unas variedades mejor adaptadas al entorno la productividad del cereal en Europa se ha podido incrementar un 0,4% anual.

Una de las consecuencias de la mejora genética en el cultivo de cereal ha sido el acortamiento del ciclo. En el caso de la cebada, en 25 años se ha logrado reducir entre 8 y 10 días el ciclo desde la floración a la madurez fisiológica del grano. Esto supone una ventaja competitiva frente a la presión actual del cambio climático.

Empresas como RAGT se centran en la selección de variedades con un mayor índice de cosecha. En este sentido, uno de los avances que se esperan para la próxima década es contar con variedades de cereal que sean capaces de producir granos más grandes. En el caso del trigo ya se están desarrollando estudios con variedades tetraploides y hexaploides que persiguen este objetivo de mejora.

Investigaciones recientes sugieren que las líneas de trigo con aristas se comportan mejor ante situaciones de estrés hídrico. Esta afirmación parte de los trabajos desarrollados por el CIMMYT en México y del trabajo que desarrollan las empresas obtentoras en Europa.

Para estas últimas es crucial que se garantice un retorno de la inversión que les permita mantener e incluso aumentar los niveles de financiación de los programas de mejora, un pilar fundamental para la rentabilidad de las explotaciones agrícolas.