Nuevo reglamento para los alimentos ecológicos en la Unión Europea

Se ha anunciado un nuevo reglamento para los alimentos ecológicos en la Unión Europea, en realidad se trata de la actualización de las actuales reglas que se implantaron hace dos décadas, el objetivo es que se reflejen los cambios que el sector ha experimentado, reducir la burocracia para los agricultores y facilitar el comercio con terceros países que han reconocido la normativa comunitaria sobre alimentos ecológicos como equivalente.

Fecha: 21-Nov-2017

El Comisario de Agricultura de la UE ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo reglamento para los alimentos ecológicos en la Unión Europea, nuevas normas que abarcarán a todo tipo de productos, sean alimentos, plantas, semillas, productos procesados, etc. El propósito de esta reglamentación es armonizar las normas de la producción en los países comunitarios, garantizar que terceros países cumplan con las reglas sobre producción ecológica y reducir la burocracia para que los agricultores puedan obtener fácil y rápidamente nuevos productos con la certificación orgánica.

Este anunciado cambio se justifica también por el hecho de que la mayoría de las actuales normas tienen más de 20 años y, por tanto, es necesario actualizarlas a fin de que reflejen los cambios que el sector ecológico ha experimentado. El Comisario de Agricultura comenta que hace dos décadas la producción ecológica era un nicho del sector agroalimentario, ahora se ha convertido en uno de los sectores más dinámicos de la agricultura comunitaria que crece de forma imparable, en la actualidad, cada año crece en 400.000 hectáreas el terreno de cultivo que se destina a la producción ecológica.

El mercado europeo de los alimentos ecológicos ha incrementado su valor en un 125% en la última década, y se augura que su expansión y valor aún se incrementarán más y de forma significativa, lo que obliga, según el Comisario Phil Hogan, a renovar la normativa. Las antiguas normas permitían un sistema de excepción a la carta y en ocasiones al nivel de un solo productor, algunas de estas excepciones continuarán vigentes, por ejemplo, la sustitución de un ingrediente ecológico de un producto por otro no ecológico en el caso de existencias limitadas, pero siempre en un límite de tiempo.

Se van a evaluar todas aquellas excepciones de forma periódica. así como su relevancia, para que se apliquen a todos los productos y productores por igual. En la nueva reglamentación se incluirán nuevos productos como los aceites esenciales, la sal o el corcho, se permitirá la certificación grupal, algo que beneficiará a los pequeños agricultores para que obtengan el correspondiente certificado ecológico. La normativa se aplicará también a los agricultores no comunitarios, reemplazando a unos 60 estándares que en su momento se consideraron equivalentes y fueron aplicados a los productos importados por la UE.

Con este cambio el comisario asegura que se obtendrán importantes mejoras para el comercio, ampliando el mercado entre operadores comunitarios y de terceros países. Sorprende saber que países como Estados Unidos, Canadá, Japón, Nueva Zelanda o Túnez, han reconocido la normativa comunitaria sobre alimentos ecológicos como equivalente, recordemos que en el año 2012 se anunció que los alimentos ecológicos europeos y estadounidenses eran equivalentes y eso que existían diferencias significativas, como el uso de antibióticos.

Un ejemplo son las manzanas y las peras que se producen en Estados Unidos, estas frutas son tratadas con antibióticos para poder controlar una enfermedad denominada ‘la niebla del peral y del manzano’, siendo esta enfermedad una amenaza importante para la producción estadounidense. De este tema (uno de varios) se dijo que se realizaría un seguimiento sobre la equivalencia para garantizar que el acuerdo de asociación de certificaciones ecológicas se cumpliría, pero no se ha sabido nada más al respecto.

Nos da la impresión de que en realidad la finalidad es relajar las normas para facilitar las transacciones, algo que sólo podremos saber cuando se dé a conocer la nueva reglamentación. Por otro lado, ¿no tendrá algo que ver el cambio de la reglamentación (al menos en parte) con el Acuerdo Integral de Economía y Comercio (CETA) entre Europa y Canadá firmado este año? Recordemos que uno de los peligros de este acuerdo apuntado por diferentes grupos ambientalistas, agrarios, etc., es la relajación de normas de seguridad y calidad de la UE en favor de terceros países, en este caso Canadá.

COAG denunció en su momento que con el tratado se rebaja la normativa en materia de seguridad alimentaria, protección del medio ambiente, bienestar animal y derechos laborales, se permiten tratamientos alternativos para la desinfección de canales en mataderos, habitualmente realizados con agua limpia, por otros como el agua caliente reciclada, método que se utiliza en Canadá. Hay que destacar que este procedimiento de limpieza estaba prohibido en la UE, pero se autorizó en 2015 debido a las negociaciones del CETA. Por tanto, se puede pensar que este cambio en la reglamentación quizá no sea tan beneficioso como se presenta.

La Comisión Europea comenta que para los consumidores, la nueva reglamentación significa que al comprar alimentos ecológicos están contribuyendo a los objetivos globales sobre la biodiversidad, la protección ambiental y el cambio climático. Es raro que ahora se hable de estos temas, sobre todo sabiendo que siempre ha abogado por los alimentos transgénicos. En principio, esta reglamentación tardará en hacerse efectiva, se prevé que en el año 2021 el Parlamento Europeo votará la nueva legislación y si se aprueba, entraría en vigor ese mismo año.

En fin, es un tema que seguiremos de cerca, sobre todo sabiendo que actualmente, y según comenta John Lang, fundador de la Aliance For Natural Healt, en la Unión Europea los alimentos ecológicos no son realmente ecológicos. Podéis conocer más detalles de la noticia a través de este artículo publicado en la página oficial de la CE.