Mejoras genéticas en tomate para evitar el rajado y ampliar su vida útil postcosecha

Los investigadores han identificado regiones genómicas implicadas en la composición bioquímica (cutina, polisacáridos, fenoles y ceras) y caracteres anatómicos como densidad y grosor de la cutícula, cruzando el tomate cultivado con la especie silvestre de la que deriva, Solanum pimpinellifolium.

Fecha: 16-Nov-2021

Tags: postcosecha

Fuente: Horto info

Investigadores del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea "La Mayora" (UMA-CSIC), han investigado las bases genéticas y bioquímicas que determinan la composición, desarrollo y características biofísicas de la cutícula del fruto de tomate, obteniendo unos resultados que permitirán realizar de forma mucho más eficiente la mejora genética de esta importante especie hortícola en cuanto a caracteres relacionados con la calidad como son la resistencia al rajado del fruto o su vida útil postcosecha, según ha conocido Hortoinfo a través del IHSM.

La cutícula de las plantas es la barrera con el exterior que evita la desecación, protege de la radiación UV, funciona como regulador térmico, confiere resistencia mecánica y proporciona protección frente a patógenos de los tejidos vegetales.

Los investigadores del IHSM La Mayora, Eva Domínguez, Rafael Fernández-Muñoz y Antonio Heredia, investigan las bases genéticas y bioquímicas que determinan la composición, desarrollo y características biofísicas de la cutícula del fruto de tomate.

El trabajo ha sido publicado en la revista “Horticulture Research” del grupo Nature, y forma parte de la tesis doctoral de Rida B. Barraj.

El grupo de investigación ha identificado regiones genómicas implicadas en la composición bioquímica (cutina, polisacáridos, fenoles y ceras) y caracteres anatómicos como densidad y grosor de la cutícula.

Se han localizado 70 QTL asociados a estos caracteres, en dos poblaciones de cartografiado genético generadas a partir de un cruzamiento del tomate cultivado con la especie silvestre de la que esta deriva, Solanum pimpinellifolium, y se han postulado genes candidatos para los principales QTL identificados, de los que se ha realizado un análisis de expresión.

La investigadora principal de este trabajo, Eva Domínguez, ha explicado que la identificación de regiones genómicas concretas y los posibles genes que las sustentan, que determinan el contenido en ceras y fenoles, compuestos asociados respectivamente a la capacidad para evitar pérdida de agua y a la densidad y rigidez mecánica de la cutícula del tomate, se localizan especialmente en los cromosomas 1, 8 y 12.

Por su parte, otras regiones genómicas situadas en los cromosomas 3 y 11 controlan la cantidad de cutícula depositada.