Los vinos espumosos en el mundo

España es un país de vinos, y de vinos de calidad. Aunque el precio al que se comercializa dificulta la competitividad internacional, no se entiende el sector en nuestro país sin hablar de los espumosos, especialmente del cava. Catalán, extremeño, valenciano… Varias zonas producen este espumoso conocido por todo el mundo y con un importante potencial de crecimiento.

Fecha: 29-Mar-2019

Fuente: Interempresas

Champagne, el líder mundial
El champagne, el espumoso elaborado conforme al método champenoise en la región de Champaña (noroeste de Francia), factura casi la mitad del negocio mundial de vinos espumosos, con 149 millones de botellas comercializadas en 2017. Significativo es que el informe del Observatorio Español del Mercado del Vino indica que el cava vendió más botellas (156 millones) que el champagne en el comercio mundial, aunque el Prosecco (273 millones de botellas) sigue estando muy por encima. Así, vendiendo alrededor del 12% en volumen, el champagne se lleva la mitad del valor.

Si sumamos este espumoso con otros elaborados en Francia con DOP o sin indicación, las exportaciones francesas superan el 50% del valor mundial y representan sólo el 20% del volumen. La clave es evidente: vender menos, pero a un mayor precio (25 €/l). De esta forma, el champagne supone alrededor del 30% de los ingresos por exportación de vino de Francia; el Prosecco y el cava, por su lado, representan alrededor del 13% en sus respectivos países.


Italia y España juegan en una liga más parecida en cuanto a volumen, pero el país transalpino ha logrado ser el referente en lo que a subida de ventas de espumosos se refiere: en 2009 exportaba cifras parecidas a las de España y Francia, pero ahora exporta el doble.

El espumoso que más se consume en España es el cava, pero el champagne tiene su espacio. Aunque las cifras anteriores a la crisis todavía no se han recuperado, España es el noveno país de exportación y consumo de este tipo de espumoso francés, que vive su gloria en Madrid y Barcelona.

Prosecco, crecimiento incomparable
El Prosecco es un espumoso italiano que se produce en el Véneto (Prosecco DOC y Conegliano-Valdobbiadene DOCG), al noroeste del país y se caracteriza por elaborarse mediante el método Charmant con una segunda fermentación en tanques de acero inoxidable, no en botella como el cava o el champagne.

Las marcas blancas de Prosecco, cuyas ventas superan el 30% en España, están siendo la sorpresa en el mercado. Ante el gran crecimiento de este producto en el mundo, incluso Freixenet se ha lanzado a elaborar su propio Prosecco, que ya comercializa en España, Italia, Reino Unido, EE UU y Japón. La entrada de la empresa en este sector de rápido desarrollo es una respuesta a la enorme demanda de este popular vino por parte del consumidor.

El objetivo de la compañía es consolidarse como el líder mundial de los espumosos, y con la creación del Prosecco pretende aumentar de forma indirecta las ventas del cava “ya que ambas bebidas son complementarias”, afirma la empresa. Prueba de ello es el buen comportamiento de Reino Unido, considerado el primer mercado para Freixenet Prosecco, en el que el volumen de esta bebida ha sido incremental al de Freixenet Cava. Por su parte, en Finlandia, en 2017 Freixenet logró ser la primera marca española en vinos espumosos y la número 1 de Prosecco; lo que supuso un crecimiento del 23% del Grupo Freixenet.


Freixenet se ha lanzado al mercado mundial de proseccos con su propio espumoso.
Cava, referente en España
El cava es el espumoso con mejor aceptación en España, con alrededor de 270 bodegas productoras. Aunque se utiliza el mismo método de elaboración que con el champagne, las variedades autóctonas de varios orígenes dotan de características diferentes a los cavas, todos ellos bajo la DO Cava. Casi el 90% de las etiquetas de cava corresponden a botellas producidas en Catalunya (que aglutina el 30% del consumo), especialmente en la zona del Penedès, con las variedades clásicas: Macabeu, Xarel·lo y Parellada. De todos modos, se elabora cava por todo el territorio: Valencia (especialmente en Utiel-Requena), Aragón (Ainzón, Cariñena, Jarque y Calatayud), Extremadura (Almendralejo), La Rioja, Castilla y León, País Vasco y Navarra.

Las variedades de vid autorizadas para producir uva destinada a la elaboración de vino base y cava más conocidas son las anteriormente mencionadas Macabeo (Viura), Xarel.lo y Parellada, pero también tienen su espacio la Malvasía (Subirat Parent) y la Chardonnay en uvas blancas. En el caso de las variedades de uva tinta, están autorizadas la Garnacha tinta, Monastrell, Pinot Noir y Trepat.


Superficie inscrita por variedades en la DO Cava.
En 2017 se alcanzaron cifras históricas. La DO Cava expidió un total de 252.512.336 botellas (superando los 1.149 millones de euros de facturación), de las cuales 90.289.412 se destinaron al mercado nacional (algo que no se lograba desde 2010) y 162.223.924, al internacional (un aumento del 2% respecto a 2016).

La UE se quedó con 112.597.128 botellas y los países terceros, con 49.625.417. Esto se traduce en más de 5 años de crecimiento continuado, gracias especialmente al impulso de las ventas en los países de fuera de la UE, que ascendieron un 5,2% en 2017. Alemania es el principal importador de cava, seguida por Bélgica, Reino Unido, EE UU y Francia y Japón, seguido de cerca por Países Bajos, Suecia, Finlandia y Suiza. Todos ellos suman alrededor del 70% de las exportaciones.

Por categorías, el cava tradicional (elaborado durante 9 meses) fue el más producido en 2017 (219.864.876 botellas), seguido del Cava Reserva de 15 meses (28.631.672 botellas) y del Cava Gran Reserva de 30 meses (3.975.230 botellas). La última apuesta premium de la DO, el Cava de Paraje Calificado, contó con una producción de alrededor de 40.500 botellas en 2017. Como dato curioso, el cava tradicional es el único que se comercializa más fuera de nuestras fronteras que dentro, lo que significa que el reto pasa por aumentar precios y ganar valor.

Por lo que respecta al cava rosado (que ha triplicado su consumo en los últimos 10 años), en 2017 se comercializaron 20.956.129 botellas. De ecológico fueron 5.959.084 botellas.