Los agricultores piden la diferenciación legal entre aceites de oliva de distintas formas de cultivo

“Dados los distintos modelos de producción que hoy en día conviven y compiten en el sector productor, es indispensable la diferenciación entre los aceites de oliva procedentes de distintas formas de cultivo sea clara y apoyada por las Administraciones, dotándola de seguridad jurídica”.

Fecha: 02-Sep-2021

Es una de las valoraciones que, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) hacen sobre la nueva norma de calidad del aceite de oliva aprobada ayer martes por el Consejo de Ministros, que actualiza la anterior normativa de 1983, por lo que, como cabía esperar, la expectación en el campo era máxima.

Sin embargo, desde la organización agraria comentan que “nuestras primeras impresiones tras analizar el comunicado emitido por el Ministerio, y a expensas de tener y analizar el texto completo, es que no se ha sido tan ambicioso y valiente como se requiere para proteger a la parte más vulnerable y necesitada de apoyo en el sector oleícola: las miles de explotaciones familiares que con el olivar tradicional dan el sustento a todo nuestro sector”.

Diferenciación clara entre aceites de oliva

En este sentido, explican que el olivar tradicional y las explotaciones familiares —el modelo mayoritario en España y que nos coloca a la cabeza en producción mundial—, han recibido con desilusión las primeras informaciones que parecen indicar que el decreto ha ignorado una demanda clave a pie de campo: introducir una definición en la norma para ese olivar tradicional: “Es indispensable que, dados los distintos modelos de producción que hoy en día conviven y compiten en el sector productor, la diferenciación entre los aceites de oliva procedentes de distintas formas de cultivo sea clara y apoyada por las Administraciones, dotándola de seguridad jurídica”, indican desde UPA.

Pero, además de este punto, la organización agraria destaca otra petición que también ha sido ignorada por el nuevo texto, la de la separación de instalaciones en la industria, una medida que tendría un importante impacto en toda la cadena puesto que ahonda en las garantías de calidad del producto. En este apartado de la industria, sin embargo, la organización agraria ha valorado positivamente que se prohíba la práctica del ‘refrescado’, es decir, la de mezclar aceites de oliva vírgenes de la campaña en curso con otros de campañas anteriores.

Otra ausencia en el decreto, en opinión de UPA, es que no se han eliminado términos como ‘suave’ e ‘intenso’, que pueden inducir a la confusión en el consumidor, aunque sí valoran positivamente que se restrinja el uso de los términos ‘virgen’ y ‘virgen extra’ al aceite de oliva y se prohíba para otras grasas vegetales en nuestro país.