Las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos se extenderán «en breve» por el mapa regional

Los decretos que preparan los ministerios de Agricultura y Transición Ecológica hacen prever un escenario aún más restrictivo para el nitrógeno. En Castilla y León se han presentado numerosas alegaciones al Programa de Actuación de la Junta

Fecha: 21-Dec-2021

La normativa ambiental es cada día más estricta y los 318 municipios de Castilla y León incluidos dentro de las zonas vulnerables pueden pasar a ser muchos más a corto plazo, teniendo en cuenta las exigencias ambientales que llegan desde la Unión Europea y desde el Gobierno, que hacen pensar que los criterios para determinar qué es zona vulnerable van a ser mucho más estrictos.

Ese cambio viene derivado del proyecto de Real Decreto sobre ‘Protección de las Aguas contra la Contaminación Difusa Producida por los Nitratos Procedentes de las Fuentes Agrarias’, un texto redactado en el Ministerio para la Transición Ecológica (Miterd) y que ya se encuentra en fase de borrador.

El marco normativo se completa con el proyecto de Real Decreto de ‘Nutrición Sostenible de los Suelos Agrarios’, en este caso elaborado por el MAPA.

Más control sobre el fertilizante

En este nuevo escenario en ciernes, el empleo de fertilizantes va a tener un mayor control que en la actualidad. Un control en el que participarán los servicios del MAPA pero también del Miterd y de la Unión Europea.

Así lo apunta José Ángel Cortijo, responsable de Fertiberia en el Noroeste de España, para quien una cuestión relevante es que el control de la fertilización, sobre todo en las zonas consideradas vulnerables, afecta a toda España y al conjunto de la Unión Europea. “Hay una nueva normativa nacional y comunitaria que afectará a las decisiones que se adoptan aquí; no estamos ante un capricho de la Junta ni ante unas supuestas malas prácticas del agricultor de Castilla y León”, señala.

“Hay recorrido para hacer las cosas mejor”

El agricultor que ha quedado fuera de las zonas vulnerables “debería tomar nota” de las prácticas que debe adoptar el agricultor afectado, dado que la ampliación de las áreas sensibles hace bueno el refranero castellano cuando recomienda que “cuando las barbas de tu vecino veas pelar…”, apunta el responsable de Fertiberia.

Será un nuevo campo de juego con mayores exigencias, pero también con una agricultor más consciente y más profesional. Y es que para Cortijo “la parte positiva de esta nueva tendencia es que todos nos concienciaremos de que debemos hacer un uso más eficiente de los fertilizantes, porque hay mucho recorrido para hacer las cosas mejor”.

En espera del programa de actuación

Mientras tanto, el campo de Castilla y León sigue a la espera del Plan de Actuación que fije las pautas para el abonado en los 318 municipios considerados zona vulnerable. El documento incluirá una serie de acciones que los agricultores deberán cumplir, pero lo que no está claro es cómo se va a controlar ese cumplimiento.

“Contaminación difusa” en el Plan Hidrológico

Uno de los documentos que ponen el foco sobre la llamada contaminación difusa es el Plan Hidrológico del Duero, que permanece en fase de consulta pública hasta el 22 de diciembre. La contaminación difusa, “debida principalmente a los excedentes de la fertilización química de origen agrícola y al aporte de elementos nitrogenados en forma de estiércol”, es uno de los problemas existentes para alcanzar el objetivo de buen estado, “especialmente de las masas de agua subterránea”.

El 22,4% de las masas de agua superficial y el 25% de las masas subterráneas de la demarcación presentan “presiones significativas” por contaminación difusa de origen agrario. Esto supone un total de 159 masas de agua superficial y 16 masas de agua subterránea.

De cara al nuevo ciclo de planificación el Plan Hidrológico adopta una “postura ambiciosa” con medidas adicionales y acciones reforzadas para revertir la situación.

Los minerales, “los menos contaminantes”

La Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE) ha presentado numerosas objeciones técnicas al borrador elaborado desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. Las alegaciones parten del balance de nitrógeno por grupos de cultivos y comunidades autónomas publicado en 2018 por el ministerio. En función de sus datos, la asociación destaca que, de todas las entradas de nitrógeno al suelo, el 48% corresponde a fertilización mineral. “El resto corresponde a otros orígenes que, lógicamente, también son fuentes de contaminación”, apunta.

En el caso de los cultivos herbáceos, la aplicación de nitrógeno mineral supone el 62% del total y es “el más eficaz y el que menos contaminación provoca”. Como subrayan desde la asociación empresarial, por sus materias primas y por su composición química homogénea y estable, los fertilizantes minerales son predecibles en su comportamiento. Por ello, “si se aplican correctamente, en las dosis adecuadas y en el momento necesario, sus pérdidas son mínimas”.

El agricultor toma decisiones “con carácter empresarial”

El borrador del Programa de Actuación establece que el agricultor deberá hacer un estudio de las necesidades reales de fertilizantes de cada temporada, una exigencia que para ANFFE desconoce que el agricultor toma decisiones sobre los cultivos en función de la evolución del mercado y de la meteorología, es decir, “adopta decisiones de última hora con carácter agronómico, pero también empresarial”.

No todas las comarcas son iguales

La Unión Regional de Cooperativas Agrarias, Urcacyl, también ha presentado minuciosas alegaciones al borrador de la Junta, en las que lamenta “que parece sugerirse que la actividad agroganadera es la máxima responsable de la contaminación por nitratos de nuestras aguas”, una idea “con la que no estamos de acuerdo”.

Para la entidad, los datos de supuestos excedentes de uso de nitratos en la agricultura de Castilla y León serían diferentes “si se consideraran los datos actuales de producciones medias de cultivos, y no los que sustenta el borrador”, que se encuentra “desafasado”.

La diversidad edafoclimática y productiva de la región “exige una aplicación igualmente diversa de las exigencias sobre el abonado nitrogenado en los cultivos. No se sustenta de ningún modo el establecimiento de unos requisitos idénticos (máximos de unidades de nitrógeno por hectárea) para todas las comarcas designadas como zonas vulnerables”.

De este modo, la distinta afectación de contaminación por nitratos en las aguas de cada zona (nivel de contaminación, tendencia observada, persistencia del problema) exige una distinta exigencia de restricción del abonado nitrogenado.

Diferenciar entre cultivos

Desde Urcacyl se aboga por una distinta aplicación según el tipo de cultivo y no una “tabla rasa” para todas las zonas vulnerables y cultivos. Esto es así porque “puede contaminar más un centeno con una dosis máxima de 50 unidades de nitrógeno por hectárea que un trigo de calidad harinera con 115”.

También hay que tener en cuenta que, en el momento actual, el control de la aportación de cualquier suministro, como los fertilizantes, “puede realizarse casi de inmediato a través de los cuadernos de campo -muchos ya electrónicos-, los controles de la comercialización de suministros, la monitorización vía satélite, etc.

Niveles máximos de fertilización

Las alegaciones presentadas abogan por actualizar los niveles de fertilización máximos exigidos, puesto que están basados en una productividad de los cultivos muy alejada de la realidad actual.

“Los datos de producciones de base para el programa de actuación de 2009 son de principios de siglo y no se corresponden a las producciones obtenidas a día de hoy en casi ningún cultivo, pero sobre todo los más exigentes en fertilización como trigo, maíz o remolacha”, destaca Urcacyl. “Las productividades han aumentado de media, al menos, en un 20%”, destaca.

Fraccionar los aportes

Para Urcacyl resulta especialmente grave el apartado dedicado al fraccionamiento de los aportes nitrogenados, ya que hay cultivos, como el de trigo harinero, de media fuerza o de fuerza, “cuya característica principal es su alto contenido en proteína, proveniente precisamente del aporte de fertilización nitrogenada en la última etapa de desarrollo”.

¿Una entrada en vigor inmediata?

El Programa de Actuación podría aparecer publicado en el Bocyl en torno a la Navidad o a primeros de enero, lo que en el sector se ve como precipitado. Para Urcacyl, “debe darse un tiempo suficientemente amplio para la adaptación de las explotaciones tras la publicación de la norma. No es lógica su entrada en vigor inmediata”.

Con ese periodo transitorio los agricultores tendrían tiempo para modificar los planes de cultivo y rotaciones, que suelen estar programados a varios años. “Con ello se podría redefinir el plan de fertilización, incluyendo la parte orgánica”, recalcan desde Urcacyl.