Las dudas entre consumo preferente y caducidad, motivo de gran parte del desperdicio

Un cuarenta por ciento de los consumidores reconoce no tener clara la diferencia entre fechas de consumo preferente y caducidad que figura en los envases alimentarios, una circunstancia que podría ser la causa principal del desperdicio de hasta nueve millones de toneladas de comida al año en Europa. Al menos así lo aseguran desde Too […]

Fecha: 22-Feb-2021

Un cuarenta por ciento de los consumidores reconoce no tener clara la diferencia entre fechas de consumo preferente y caducidad que figura en los envases alimentarios, una circunstancia que podría ser la causa principal del desperdicio de hasta nueve millones de toneladas de comida al año en Europa.

Al menos así lo aseguran desde Too Good To Go —movimiento internacional que lucha contra el desperdicio de alimentos a través de su app— que en un reciente informe recogen que según la Comisión Europea cada año se desperdician en Europa 88 millones de toneladas de comida y cerca del 10 % de todo ese desperdicio está relacionado con el etiquetado de fecha de los alimentos.

Un hecho que, según esta organización, se debería en gran parte a que alrededor del 40 % de los consumidores —según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)—, no terminan de tener clara la diferencia entre las fechas de consumo preferente y de caducidad, lo que estaría ocasionando que se desperdicie mucha comida que aún podría estar en buen estado y podría consumirse.

Consumo preferente y caducidad

Por ello, Too Good To Go ha querido recordar la diferencia entre estas dos fechas:

  • La fecha de caducidad indica que pasado ese límite temporal el producto deja de ser seguro para la salud y no debe consumirse.
  • Sin embargo, la fecha de consumo preferente señala que una vez pasada, el producto puede perder algunas de sus propiedades pero si tiene buen aspecto, huele bien y sabe bien, se puede consumir sin que entrañe riesgos.

La fecha de consumo preferente está presente en una gran variedad de productos refrigerados, congelados, pastas, arroces, así como también en conservas, aceites, entre otros alimentos, y muchos de estos productos sin abrir pueden consumirse unos días o semanas después de haber superado su fecha e incluso pasado unos meses o hasta un año.

En esta línea, por ejemplo, la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria señala que los yogures o el pan de molde podrían consumirse hasta 15 días después de superar su fecha de consumo preferente. En el caso de las galletas, los zumos, los cereales o salsas hasta tres meses después, mientras que el café, las legumbres, la harina, la pasta, el arroz y muchas conservas que también tienen fecha de consumo preferente serían aptas hasta un año más tarde, con la lógica precaución de observar el aspecto del producto, comprobar si huele bien y probarlo.