La era del hacking agrícola ha comenzado en Estados Unidos desde Ucrania

Históricamente la agricultura solía ser una de las industrias donde los avances tecnológicos tardaban más en llegar. Ahora la brecha se ha reducido. Esto ha permitido que la tecnología impulse a la agricultura en distintos puntos clave. Uno de ellos es la maquinaria agrícola. Aunque también ciertos problemas tecnológicos de toda la vida han pasado ahora a ser problemas de los agricultores.

Fecha: 25-Oct-2017

Tags: haking , John Deere

Fuente: Aticultura

John Deere y la maquinaria que no es tuya

 

Hace tiempo que en Estados Unidos una de las empresas más representativas de maquinaria agrícola se la pone difícil a sus agricultores. John Deere mantiene el control sobre los tractores que vende. Aún cuando en teoría estos deberían ser propiedad exclusiva de los compradores. Pues bien, para poder seguir controlando sus tractores ha echado mano del software.

 

Si un tractor John Deere de un agricultor sufre una avería, deberá ser llevado a un taller especializado del propio fabricante. Si el propietario trata de arreglar el problema por su cuenta, o lo lleva con un tercero no autorizado, entonces el sistema del tractor se bloqueará. Obviamente para desbloquearlo hay que llevarlo hay que llevarlo con el fabricante, quien por supuesto cobrará una buena cantidad (innecesaria) por ello.

 

Llega el hacking agrícola desde Ucrania

 

La situación anterior ha dado pie al nacimiento de un lucrativo mercado negro de firmware. Por menos dinero del que cobra el fabricante por liberar la maquinaria agrícola los agricultores han comenzado a comprar firmwares de origen Ucraniano. Esto les permite hackear sus tractores para evitar que se queden bloqueados.

 

La ventaja de dicho software es que los agricultores pueden hacer cuantas reparaciones o modificaciones les plazca en sus tractores. De estar manera no tendrán que acudir cada vez con el fabricante para que desbloquee el sistema. Ahora bien, que John Deere haga este tipo de cosas no asombra a nadie. Simplemente está emulando lo que empresas como Apple hacen, pues es casi imposible reparar un iPhone por uno mismo.

 

Las cuestiones legales sobre la mesa

 

En el contrato de compra John Deere impone a los agricultores una cláusula que prohíbe reparaciones sin la intervención de la empresa. También se excluye la responsabilidad de la empresa en caso de que las reparaciones oficiales impliquen pérdidas de cosecha, por no tener disponible el tractor en cierto momento. Todo esto es legal por supuesto, y está plasmado en un contrato bien presentado.

 

Sin embargo, una excepción aprobada de la Digital Millenium Copyright Act, que incluye tractores, permite legalmente a los agricultores hackear el software de la empresa para hacer sus propias reparaciones. Es decir, ambas partes están dentro de la legalidad. Con esto es solo cuestión de tiempo para empezar el juego del gato y el ratón que tanto hemos visto en otras empresas: los compradores hackean sus productos y las empresas actualizan regularmente sus softwares para parchar las nuevas vulnerabilidades.