La EFSA cuestiona el sistema de control de plagas de Sudáfrica y aboca a Bruselas a exigirle tratamiento

Un informe de la autoridad científica independiente confirma a la Comisión que los programas de exportación citrícola a la UE seguidos por ese país contra la ‘Falsa polilla’ son ineficaces, porque no evitan que se dé un riesgo elevado de entrada y establecimiento de esta grave plaga.

Fecha: 07-Sep-2021

Tags: efsa , cítricos , Plagas

Fuente: Interempresas

La Thaumatotibia leucotreta o ‘Falsa polilla’ (FCM) es una plaga extendida por África, presente incluso en un país con clima también mediterráneo como Israel, endémica de Sudáfrica y de la que Europa, hasta el momento, está exenta. Está calificada por la normativa comunitaria como de cuarentena e incluida entre las 20 enfermedades cuya lucha está regulada como “prioritaria” por su mayor impacto “económico y medioambiental”. Pues bien, dadas las reiteradas interceptaciones en puertos europeos de partidas infestadas, la Comisión Europea (CE) ordenó el pasado verano a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) un estudio de evaluación sobre los ‘enfoques de sistemas’ o programas seguidos por Israel y Sudáfrica para mitigar el riesgo de entrada de esta enfermedad en la UE.

 

El resultado del primer informe –el del país hebreo- se dio a conocer en marzo y ha sido ahora cuando se ha publicado el referido a Sudáfrica. En este último caso, los resultados del análisis resultan alarmantes: Sudáfrica sólo garantiza, con un 95% de certeza, que un 92%, un 85% y un 97% de los palets exportados (según el programa concreto –A, B ó C-de los tres aprobados ‘a la carta’ a los que se puede acoger cada huerto sudafricano) estarán libres de la plaga. Tratándose con creces Sudáfrica del primer proveedor de cítricos no comunitario -con más de 800.000 toneladas exportadas a la UE cada año- y sabiendo que la norma obliga a asegurar la ausencia total de la enfermedad, tales cifras resultan objetivamente preocupantes, “inaceptables” a juicio del Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal de los exportadores citrícolas privados de España.

“En realidad, esos porcentajes –tratándose de Sudáfrica- suponen la entrada de decenas de miles de toneladas de cítricos infestados con individuos viables, capaces de dispersarse y, por tanto, una posibilidad muy elevada de introducción y establecimiento de esta plaga en la UE. Este baile de probabilidades significa jugar con fuego, incurriendo en responsabilidades, porque no se puede obviar que el objetivo de la norma es lograr la ausencia total de plaga en los frutos”, reitera la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu.

Tratamiento de frío

Es más, tras el rotundo fracaso de los enfoques escogidos por el país austral ahora evidenciado, es obvio que la única alternativa que le queda a Bruselas para cumplir con su propia legislación y asegurar la ausencia de la plaga en la fruta importada es extender a todas las partidas no comunitarias el único método contrastado como eficaz contra esta plaga: el tratamiento de frío (cold treatment). Se trata de una posibilidad ya contemplada en la normativa internacional, pero que pese a todas las evidencias científicas a su favor la CE se empeña en no exigir en las importaciones, permitiendo alternativas como las que ahora se han demostrado ineficaces y poniendo en riesgo la protección fitosanitaria del vergel citrícola de la UE.

Aplicar esta medida sería, además, coherente con lo que se viene realizando, para protegerse de esta plaga y desde hace décadas, en la práctica totalidad de países importadores que a la sazón son potencias citrícolas, como es el caso de EEUU, China, India, Corea, Japón o Australia. En todos ellos, para prevenir la entrada de este peligroso patógeno, así como de otras moscas de la fruta (como Bactrocera zonataB. dorsalisCeratitis rosa o C. cosyra, que tampoco están presentes en la UE y sí muchas de ellas en Sudáfrica) se exige aplicar a la fruta durante el viaje en barco al puerto de destino un tratamiento de bajas temperaturas. Es ese el cold treatment que Sudáfrica sí acepta aplicar en sus exportaciones a EEUU y el que ha permitido –en el caso concreto de este mercado- que sólo haya sufrido desde 1997 dos rechazos por T. leucotreta (FCM), interceptaciones que, a su vez, supusieron un endurecimiento unilateral del protocolo de frío por parte de las autoridades estadounidenses. Situación que contrasta con la UE, donde Sudáfrica acumula -sólo en las últimas 5 campañas (con la de 2021 en su ecuador)- 61 rechazos de partidas de cítricos por FCM. Ese mismo tratamiento es también el que, de hecho, están obligados a realizar las exportaciones de cítricos españolas a cualquier país del mundo productor de cítricos para así ofrecer garantía plena de que no hay posible contaminación en los frutos por Ceratitis capitata.

Evaluaciones científicas

Los expertos del panel convocado al efecto por la EFSA han proporcionado ahora una opinión científica que evalúa el nivel de certeza con el que el ‘enfoque de sistemas’ seguido por Sudáfrica garantiza la ausencia en sus cítricos de FCM. Y más allá de medir el porcentaje objetivo de riesgo de contaminación por esta plaga y tras contrastar la documentación remitida por sus autoridades, los autores del informe han identificado notables aspectos críticos y debilidades clave en los tres tipos de programas implementados. Sería muy prolijo enumerarlas –porque el trabajo es exhaustivo- pero entre ellas los expertos europeos han detectado: falta de precisión y fiabilidad en el monitoreo de los huertos –que no atiende a los estándares internacionales-; insuficientes inspecciones durante el período de recolección; insuficientes tratamientos en áreas con altas temperaturas en su verano; carencias en el muestreo de entregas al almacén del mismo huerto y, en consecuencia, falta de fiabilidad de la inspección; incumplimientos a la hora de rechazar un huerto completo cuando se produzca el rechazo de un palet procedente del mismo; falta de fiabilidad de los datos utilizados para sustentar las tasas de mortalidad de diferentes duraciones y temperaturas aplicadas en tránsito (no es un cold treatment, sólo una conservación en frío); insuficiente número de sondas por contenedor para controlar la temperatura durante el envío de acuerdo con los estándares internacionales; ausencia de verificación de los datos de las sondas del barco para confirmar la correcta implementación del régimen de temperatura durante el envío.