La Cátedra Cajamar-UAL de Bioeconomía Circular da base científica a la sostenibilidad del ‘Modelo Almería’

Publicado un trabajo de investigación en la prestigiosa revista especializada New Biotechnology que demuestra los aspectos clave que hacen de la horticultura del sureste español un “sector de futuro”, dada su gran capacidad para adaptarse a prácticas sostenibles, reducir su impacto ambiental y ganar en competitividad, además de generar empleo

Fecha: 16-Apr-2021

Fuente: fhalmeria

El origen de un proceso de investigación continuo se sitúa en 2013, cuando ya la Universidad de Almería y Cajamar apostaron por la adaptación de la agricultura local a los principios internacionales de la bioeconomía circular. Se contó con el apoyo de Alfredo Aguilar, en su momento director de Unidad de la Comisión Europea y considerado uno de los padres de la bioeconomía europea. Como consecuencia de aquella colaboración, el doctor Aguilar, Francisco Egea, investigador de la UAL, y Roberto García, director de Innovación de Cajamar, presentaron en la Cumbre de Bioeconomía de 2015, celebrada en Berlín, el modelo agrícola de Almería como un escenario idóneo para el aterrizaje de este sistema de producción. Ahora, en 2021, se dota de más base científica a ese planteamiento, y se hace a través del trabajo titulado ‘Bioeconomy as a Transforming Driver of Intensive Greenhouse Agriculture in SE Spain’, publicado en la revista New Biotechnology (Vol. 61 de marzo de 2021 pags. 50-56). Se logra así un alto impacto con el artículo, puesto que esta revista está en el primer cuartil en la categoría de Biotecnología.

Esta investigación que acaba de ver la luz se enmarca en la iniciativa de la Cátedra Cajamar de Bioeconomía Circular de la UAL y el ‘SocioECOS Lab’, consistente en “estimular la transición de la agricultura del sudeste español hacia un modelo sostenible que consolide un agroecosistema cimentado en el respeto por el medioambiente, la biodiversidad, la justicia social y la producción de alimentos seguros, nutritivos y accesibles”, según han precisado los investigadores. Y es que desde la Cátedra se ha coordinado la investigación de referencia, realizada por científicos de las áreas de Química Analítica, Química Orgánica, Socioecología, y, por supuesto, Agronomía. Se trata de, por orden de firma, cinco personas de prestigio internacional: el citado Francisco Egea, de la UAL, junto a María D. López, de la Universitat Oberta de Catalunya, Pascual Oña, de la Universidad de Almería y la Universidad Politécnica de Valencia, Antonio Castro, de la Universidad de Almería y la Idaho State University, y Charles Richard Glass, de la referida empresa británica Crop Health and Protection. Por tanto, este trabajo es, además, el fruto de la unión del sector privado y de cuatro universidades, en un contexto de internacionalización intercontinental.

Los investigadores han planteado como base que “la bioeconomía circular es una prioridad de la Unión Europea que sienta las bases del cambio hacia una agricultura que, sin reducir producción, sea más eficiente y respetuosa con el medioambiente”, algo a lo que se debe llegar “priorizando la lucha contra el cambio climático y la desigualdad social”. Bajo esas premisas, este estudio ha venido a demostrar a través de sus conclusiones que la transformación de la agricultura hacia la bioeconomía circular presenta oportunidades de desarrollo económico para Almería y el sudeste español. En más detalle, se presentan tres líneas básicas para el futuro. La primera de ellas es reducir el uso de productos químicos en la agricultura sustituirlos por otros de origen biológico, ya sean biofertilizantes, bioplaguicidas o bioestimulantes, lo que conlleva el crecimiento de empresas especializadas, como puede ser, por ejemplo, Biorizon Biotech, que junto con la Universidad de Almería ha desarrollado la producción de estos productos a partir de microalgas.

La segunda línea planteada es “la conversión de los desechos de los invernaderos, como son plantas arrancadas o plásticos, en biomateriales que sustituyen a otros derivados del petróleo, por ejemplo, bioplásticos, o como fuente de moléculas pequeñas que se utilicen de base a industria farmacéutica, textil, cosmética o alimentación. La tercera es “la integración del sector hortícola con universidades, centros de investigación, administración y consumidores para generar políticas encaminadas a la sostenibilidad de la agricultura, incluyendo principios de responsabilidad social, cada vez más valorados por los mercados internacionales. Así, el publicar y comunicar a la comunidad internacional, a través de publicaciones en revistas de prestigio, tiene un objetivo último de “mostrar, con base científica, cómo nuestra horticultura es un sector con futuro, capaz de adaptarse a prácticas sostenibles, reducir su impacto ambiental y ganar en competitividad, generando un clima de confianza entre los consumidores europeos y promoviendo la atracción de inversión y capital a la provincia de Almería”, explican.

La idoneidad de publicar un trabajo de este calado en este momento está más que justificada y es un paso al frente de una gran importancia. No en vano, explican sus autores que “el fuerte impacto de la bioeconomía circular en la economía mundial se está notando ya en nuestras vidas; cada vez se habla más de ‘descarbonizar’ la economía, de ser menos dependientes del petróleo, de economías sostenibles y de reducir el peso de la agricultura en el cambio climático”. Es por ello que es y seguirá siendo necesario “mostrar a la sociedad que el cambio a este tipo de economía, lejos de reducir la producción agrícola, supone una consolidación de su futuro”.

Sabiendo que la bioeconomía circular será el sector que mayor empleo genere en las próximas décadas, se hace de una necesidad manifiesta “comunicar a la sociedad que la investigación, desarrollo e innovación deben traducirse en la aparición de nuevos modelos de negocio, nuevas empresas que generen empleos y pongan en el mercado los productos de origen biológico y servicios que sustituirán a lo que hoy proceden de recursos fósiles, como el petróleo”, subrayan.

Cabe resaltar que este trabajo de investigación es una continuidad a la labor emprendida desde 2013, y que se ha traducido en mostrar las fortalezas de la horticultura almeriense en cuatro cursos sucesivos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, culminando con varias publicaciones más que muestran el liderazgo de este grupo de trabajo en el sector de la bioeconomía. Entre ellos cabe citar un artículo publicado en la misma revista New Biotechnology en 2018, así como el primer libro en español sobre bioeconomía en la colección ‘Mediterráneo Económico’ de Cajamar, titulado ‘Bioeconomía y Desarrollo Sostenible’, además de varios congresos y jornadas organizados por Cajamar en varias ciudades españolas, con participación de expertos internacionales en la materia generando un buen volumen de literatura científica en torno a la cuestión.

Actualmente la Cátedra Cajamar de Bioeconomía de la Universidad de Almería “pretende continuar consolidando una posición de liderazgo y presencia internacional del sector agrícola del sudeste español en esta línea de investigación”, considerando también las necesidades de formación de los futuros profesionales del sector. Durante este año 2021, está previsto la celebración de un curso de verano de la Universidad de Almería sobre oportunidades de negocio en la bioeconomía circular y el inicio, este otoño, de un máster interuniversitario junto con la Universidad de Córdoba sobre Bioeconomía circular y Sostenibilidad. Para ello, cuenta con la participación activa de investigadores de prestigio internacional, como los que firman el artículo, añadiendo a líneas agronómicas consolidadas otras como la socioecología, liderada por el SocioECOS Lab, la química orgánica, la informática y la microbiología. Por tanto, desde esta cátedra se continuará mostrando cómo la modernización y los principios de la bioeconomía circular van a ser motor de generación de empleo, riqueza y desarrollo sostenible en agroecosistemas capaces de adaptarse.