La apicultura, un verdadero ejemplo de ganadería sostenible

La sostenibilidad, en todos sus ámbitos y facetas, preocupa cada vez más a la población. Y en estos días en los que la sostenibilidad de la ganadería está en boca de todos, España y la Unión Europea pueden presumir de contar con la más sostenible entre las mayoritarias: la ganadería apícola, que como actividad medioambiental […]

Fecha: 22-Feb-2022

La sostenibilidad, en todos sus ámbitos y facetas, preocupa cada vez más a la población. Y en estos días en los que la sostenibilidad de la ganadería está en boca de todos, España y la Unión Europea pueden presumir de contar con la más sostenible entre las mayoritarias: la ganadería apícola, que como actividad medioambiental y económica desempeña un papel crucial en el ecosistema, el entorno rural y sus habitantes.

Y es que, efectivamente, la apicultura es uno de los pilares de la biodiversidad natural, puesto que las abejas, al alimentarse de néctar, trasladan el polen de una flor a otra contribuyendo a su reproducción, lo que las convierte en el agente polinizador más eficiente. De hecho, son las responsables de la existencia del 84 % de las especies vegetales, aparte del 76 % de la producción de alimentos. Un tipo de ganadería que aprovecha los recursos naturales y devuelve los beneficios medioambientales a la naturaleza, además de colaborar en el desarrollo de las zonas rurales, ya que el sector está integrado por empresas familiares, donde cada una ejerce una labor fundamental: cría, extracción, comercialización, etc.

La apicultura en España

En España, y según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el sector de la miel genera un valor estimado de 62 millones de euros anuales, lo que representa alrededor del 0,44 % de la Producción Final Ganadera, mientras que en el total de la Unión Europea su valor asciende a 14.200 millones de euros y emplea a unos 620.000 europeos.

Por ello, durante los últimos cinco años España ha incrementado un 50 % el número de colmenas, hasta situarse en casi tres millones a finales de 2020, de modo que actualmente se encuentra por encima de la media europea en cuanto a profesionalización, tras concentrar el 80 % del censo nacional bajo este criterio y ser el segundo productor por volumen.

El consumo de miel, estancado

Como producto, la miel es un alimento natural al que no se le puede añadir ni sustraer ninguna sustancia, que actúa como edulcorante sustitutivo de otros azúcares y que puede utilizarse mezclada con lácteos o bebidas, añadida a frutos secos, o para preparar platos como ensaladas, guisos, vegetales y carnes glaseadas.

Sin embargo, y pese a que el consumidor cada vez está más preocupado por su salud y el futuro del planeta, desde la Asociación de Comerciantes y Envasadores de Miel (ASEMIEL-ANIMPA) destacan que el consumo de miel en España continúa estancado en poco más de 0,8 kilos por persona al año —dato inferior al kilo de media en Alemania el país de la UE que más miel consume o de los 2,6 kilos anuales que se consumen en algunos otros países occidentales— y solo el 42 % de la población española consume miel al menos una vez a la semana, el 59 % de los niños españoles desde los 6 hasta los 12 años no consume miel y un 14 % lo hace de manera ocasional.