Durante estos años se marcaron y estudiaron 167 olivos (casi todos centenarios), en distintos puntos de las cuatro provincias gallegas, diferenciando 20 variedades distintas. El CSIC ha iniciado el proceso de inscripción de 11 de ellas en la lista española de variedades de interés comercial, para que sean reconocidas oficialmente a nivel internacional como únicas y diferentes a todas las existentes. A continuación, en colaboración con la Xunta de Galicia, se completará también el proceso de certificación de varios clones de cada una de estas variedades.

Los detalles del trabajo se presentaron en una rueda de prensa en la Delegación Institucional del CSIC en Galicia y se mostrarán más ampliamente en la jornada técnica que se celebrará el próximo 24 de marzo por la mañana en las instalaciones de la Misión Biológica de Galicia (CSIC) (Pontevedra), y a la que los interesados pueden inscribirse en la web de la Fundación Juana de Vega (FJDV) www.juanadevega.org.

Los resultados obtenidos en el proyecto de 'Apoyo a la consolidación en el mercado de los aceites gallegos de calidad, mediante el uso de variedades autóctonas de olivo', tienen un gran valor científico y práctico. En el primer caso, se trata de variedades no descubiertas hasta ahora, que contribuyen a aumentar la diversidad del patrimonio agrícola común existente hasta ahora. Además, se asocian a una zona de clima húmedo, muy diferente al resto de las zonas olivareras de la Península Ibérica y del resto de Europa, lo que sitúa a Galicia como la zona olivarera más occidental de nuestro continente. Esto abre un inmenso campo de investigación para otros grupos científicos especializados en diferentes áreas, como la adaptación de esta especie agrícola a diferentes escenarios naturales, el estudio de los mecanismos de defensa contra las enfermedades y otras muchas cuestiones sobre fisiología vegetal. También en el ámbito de la investigación de temas relacionados con las humanidades (historia agraria, arqueología, paisajes agrarios...), el descubrimiento de estas variedades asociadas a diferentes zonas de Galicia abre diferentes líneas de estudio que deben ser abordadas con el máximo rigor y profundidad. Desde un punto de vista práctico, la transferencia del know-how y la plantación de estas variedades a los viveros y productores permitirá el establecimiento de pequeñas empresas y explotaciones vinculadas al territorio y a las zonas xeográficas del interior de Galicia que se han visto gravemente afectadas por la despoblación rural. El proyecto está adscrito a la Plataforma ALCINDER (Alternativas Científicas Interdisciplinares contra el Despoblamiento Rural), que coordina la Dra. Carmen Martínez, junto con otro miembro del Grupo VIOR, el Dr. José Luis Santiago.

Al acto asistieron, por parte del CSIC, el delegado institucional en Galicia, Javier Rey Campos y la responsable del grupo de Viticultura; Olivo y Rosa (VIOR) del MBG, Mª Carmen Martínez Rodríguez. En nombre de la Fundación Juana de Vega, su presidente, Enrique Sáez Ponte.

Carmen Martínez señaló que, aunque esporádicamente puede aparecer alguna otra variedad autóctona que se siga estudiando, en los trabajos realizados hasta ahora se ha recogido prácticamente toda la variabilidad del olivo existente en Galicia. El investigador considera que llegado a este punto, es el momento de abordar otras fases del trabajo, como la multiplicación vegetal de estas variedades a gran escala y el estudio de su comportamiento agronómico en distintas zonas de Galicia, así como las características de las distintas variedades producidas. Los resultados de estos estudios permitirán establecer un sector olivarero sólido, capaz de ofrecer al mercado un producto diferenciado y de alta calidad.

Enrique Sáez señaló que con este proyecto de recuperación de los olivos autóctonos de Galicia, la Fundación Juana de Vega cumple con su objeto social de promover la cohesión, conservación y desarrollo del medio rural de Galicia, en este caso, a través del apoyo a la investigación para la recuperación del patrimonio vegetal y la riqueza biológica de nuestra comunidad. Asimismo, señaló que este proyecto pretende contribuir al desarrollo del sector oleícola gallego, basándose en la diferenciación y la calidad como elemento competitivo frente a otros operadores con mayor volumen y tradición en la producción de aceitunas.

Tanto en los trabajos realizados hasta ahora como en los que se prevé realizar en un futuro próximo, los investigadores y la Fundación Juana de Vega, trabajan en estrecha colaboración con el sector, a través de APAG y con los productores, a través de ASVINOR. Asimismo, se han iniciado conversaciones con la Xunta de Galicia para el establecimiento de campos de ensayo que permitan una caracterización agronómica de las diferentes variedades, así como para la multiplicación de la planta con el objetivo de transferirla al sector productivo para desarrollar de forma ordenada el sector olivarero de Galicia.