Si la Historia nace, como nos han enseñado, con los primeros documentos escritos, habrá que tener en cuenta que, en forma de tablillas de barro, esos primeros escritos son simplemente cuentas e inventarios agrícolas realizados cuando el Hombre llevaba ya varios miles de años como agricultor. La Historia escrita, pues, o sea, la Historia, nace en un mundo agrícola y por la Agricultura.

A los primeros Imperios se los llama “Imperios agrícolas”, y agrícolas son los actuales, pues quien domina la producción de alimentos domina el mundo y, hasta ahora al menos, la única manera de producir alimentos es por medio de la Agricultura, con mayúscula, es decir, integrando el cultivo de plantas, la cría de animales y la transformación de los productos de ellos obtenidos hasta que llegan a la mesa. En realidad, toda estructura industrial, lo que equivale a decir todo el mundo moderno, se ha levantado sobre la Agricultura y no se puede ni intuir cómo pervivirá ese mundo sin Agricultura, es decir, sin comer y vestirse cada día con productos agrícolas…

Tanto el autor de esta Historia General de la Agricultura como la Editorial Almuzara han pensado que bien vale la pena intentar tal obra para que, al menos, le sirva de recordatorio a futuras generaciones el saber de dónde vinimos y lo que hemos llegado a ser para poder intuir a dónde vamos. En ella se trata de explicar la transición de caza y recolecta a cultivo y cría, cómo fueron las primeras agriculturas, su consolidación y transmisión, la importancia de las “globalizaciones” causadas por los contactos cada vez más intensos entre las diferentes partes del mundo, el paso de la Agricultura tradicional a la moderna, sus ventajas, las posibles soluciones para tratar de corregir los defectos y ver el futuro de la forma más clara posible…

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