En su intervención, el ponente denunció que el principal problema de la normativa es que no se ha diferenciado la ganadería intensiva de la ganadería extensiva, lo que ha llevado a algunos problemas en la PAC y a unas deficiencias en el asesoramiento técnico de las explotaciones y en la comercialización de los productos.

Además, reivindicó el pastoreo sostenible, sin el que se correría el riesgo de problemas ambientales como el cambio climático, la desertización, la pérdida de la biodiversidad y la crisis económica. Sin embargo, también señaló que estas explotaciones extensivas son sostenibles desde el punto de vista del medio ambiente, pero no económicamente.

Por último, enumeró las ventajas de la ganadería extensiva:

- Regula el microclima.

- Conserva la fertilidad de los suelos.

- Evita la erosión.

- Contribuye a la fijación de carbono. La biodiversidad de ecosistemas como la dehesa y los pastos de montaña dependen netamente del pastoreo.

- Dispersión de semillas. Se calcula que cada cabra lleva en su estómago diariamente entre 4.000 y 5.000 semillas, más las que lleven en el pelo.

- Conservación de aves esteparias y necrófagas.

- Mantenimiento de la trashumancia y las vías pecuarias.

- Patrimonio cultural y etnográfico.

- Bienestar animal.

- Prevención de incendios forestales.