El cultivo del azafrán dop castilla-la mancha, ¿en peligro de extinción?

Es la única especia de esta naturaleza a nivel nacional que dispone del reconocimiento de la figura de calidad europea Denominación de Origen protegida, DOP, que cuenta con alrededor de doscientos cincuenta productores asociados y dieciséis empresas envasadoras inscritas.

Fecha: 30-Sep-2022

Tags: Azafrán , D.O

Sin embargo, desde hace años, factores como la disminución de la superficie de cultivo, su extinción en comarcas donde era característica su presencia, las importaciones masivas de azafranes de otros orígenes, la elevada exigencia de mano de obra acompañada de la mínima mecanización del cultivo y del proceso de transformación (monda y tostado), la pequeña dimensión de las parcelas, la limitada integración de los productores en los sistemas de comercialización nacional e internacional, o el carácter social y familiar de este cultivo, han llevado al Patronato de la Fundación Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Azafrán de La Mancha a poner en marcha una campaña de recogida de firmas en apoyo a la supervivencia del cultivo del azafrán en Castilla-La Mancha debido a esta situación límite y el evidente riesgo de extinción de la especia.

Azafrán DOP Castilla-La Mancha

La campaña, que arrancó hace unos días, expresa la necesidad de contar con un plan específico dotado con el soporte económico necesario que permita frenar el declive de la producción de este emblemático cultivo y que ayude a recuperarlo en el plazo más breve posible, recordando a todos los actores del sector que “sumándose a este movimiento social en favor del azafrán no solo se está defendiendo un producto de gran valor gastronómico, sino también un elemento con una potente carga antropológica, social y etnográfica que está profundamente vinculada desde hace siglos a nuestra cultura gastronómica y a nuestras antiguas tradiciones. Su desaparición supondría una pérdida muy significativa del patrimonio inmaterial de esta Comunidad Autónoma”, explican desde el Patronato.

Todos estos problemas se vienen arrastrando desde, al menos, principios de los años 2000, cuando se produjo la emisión de la última ayuda financiera para este sector, y en la actualidad, según los afectados, no solo se mantienen plenamente vigentes sino que se han incrementado con otros dos que no se habían contemplado y que han adquirido una gran importancia: el aborto floral —plantas aún no están lo suficientemente fuertes o maduras como para soportar el desarrollo de flores y, por lo tanto, frutos— y la ausencia de un mercado de cormos —bulbos—certificados.