Desde Bruselas: Un estudio externo sobre el futuro de la ganadería de la UE

Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) o el mantenimiento de pastizales permanentes que benefician la biodiversidad y representan un importante sumidero de carbono, por ejemplo, serían la cara y la cruz de las consecuencias que la ganadería deja en el medioambiente. Elaborado por dos expertos independientes, el “Estudio sobre el futuro de la ganadería en la UE: ¿Cómo contribuir a un sector agrícola sostenible?” fue solicitado por la Comisión Europea para contribuir al debate sobre la sostenibilidad del sector ganadero.

Fecha: 22-Oct-2020

Tags: ganadería

Importancia social y económica

En toda la UE, el sector ganadero desempeña un papel social y económico importante. En 2017, el valor de la producción ganadera y de los productos pecuarios en la UE de los 28 fue de 170.000 millones de euros, un 40% de la actividad agrícola total. Además, las explotaciones ganaderas europeas emplean a unos 4 millones de personas, con una media de uno a dos trabajadores por explotación ganadera.

En términos de consumo, la proteína de origen animal cubre más del 50% del contenido proteico total de las dietas europeas. Para este 2020, se espera que cada europeo consuma 69,5 kilos de carne y 236 litros de leche. En los últimos años, el consumo de carne y productos lácteos de la UE ha comenzado a disminuir y se espera que el consumo de carne decrezca todavía más de aquí a 2030. También se constata un cambio en la canasta de productos comprados, con una disminución en el consumo de carne de vacuno y la sustitución de la carne de cerdo por carne de ave.

 

Desafíos medioambientales

El estudio describe el importante impacto ambiental del sector ganadero tanto en términos positivos como negativos.  En 2017, el sector agrícola de la UE produjo el 10% de las emisiones totales de GEI de la región, menos que la industria (38%) o el transporte (21%). Una vez incluidas las emisiones relacionadas con la producción, el transporte y el procesamiento de piensos, el sector ganadero es responsable de entre el 81 y el 86% del total de emisiones de GEI agrícolas. Además, la ganadería contribuye a la presencia de excedentes de nitrógeno en los medios acuáticos europeos y, al mismo tiempo, es un emisor principal de amoníaco, lo que provoca daños medioambientales considerables, como la eutrofización.

El sector ganadero contribuye a las emisiones de GEI de la UE a través de sus efectos sobre las reservas de carbono del suelo. Por ejemplo, la conversión de tierras arables en pastizales o bosques conduce a un mayor almacenamiento de carbono, mientras que la conversión de bosques y pastizales en tierras arables tiene el efecto opuesto, lo que genera emisiones de carbono.

El ganado, especialmente los rumiantes, puede tener un impacto positivo sobre la biodiversidad y el carbono del suelo mediante el mantenimiento de pastizales y setos permanentes y el uso optimizado del estiércol.

Estos usos optimizados dependen en gran parte del tipo de ganadería y de las condiciones locales en las que se basan. El estudio concluye que no es posible considerar la ganadería como un todo.

 

Aumento de la sostenibilidad en el sector ganadero

El estudio destaca la eficiencia de la producción ganadera de la UE. Si la producción se reduce en la región, se corre el riesgo de que la producción y los impactos asociados se desplacen de la UE a otras partes del mundo. Además, la simple reducción de la producción ganadera de la UE podría no conducir a cadenas agroalimentarias más sostenibles. El estudio subraya la importancia de tener en cuenta los diferentes sistemas de producción, que tienen diferentes comportamientos ambientales positivos y negativos.

Finalmente, los expertos señalan que en la transición hacia sistemas alimentarios más sostenibles no se puede ignorar la importancia económica y sociocultural del sector. Según este estudio, los ganaderos deberían evolucionar para proporcionar una gama de bienes y servicios y no solo guiarse por el objetivo de la producción. El clima, la salud y el bienestar animal deben estar en el centro de la innovación de los sistemas ganaderos del futuro más inmediato.

Para reducir los impactos negativos del sector será crucial la innovación, incluido el uso de enfoques agroecológicos, tecnología y una mayor circularidad. Se debe aumentar la eficiencia productiva al tiempo que se implementa una combinación de nuevas tecnologías y prácticas agroecológicas. Por ejemplo, los enfoques agroecológicos que integran los cultivos y el ganado más estrechamente y maximizan la capacidad del ganado para utilizar biomasa no comestible humana para la alimentación pueden proporcionar un margen para reducir el uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos mientras se mantiene la productividad y se asegura la preservación de los recursos naturales.

Por último, el estudio también señala la importancia de la gobernanza para garantizar la continuidad de las empresas agrícolas y evitar poner en riesgo el empleo durante la transición a sistemas ganaderos sostenibles.

La migración a estos sistemas deberá ser impulsada por políticas públicas y recompensada con visibilidad y beneficios económicos.

 

El papel de la PAC y la estrategia “De la granja a la mesa”

Presentada en mayo de 2020 por la Comisión Europea y como parte del Pacto Verde Europeo, la estrategia “De la granja a la mesa” tiene por objetivo hacer que los sistemas alimentarios comunitarios sean sostenibles.

Esta transición salvaguardará la seguridad alimentaria, garantizará el acceso a dietas saludables, reducirá la huella medioambiental y climática de los sistemas alimentarios de la UE y, al mismo tiempo, garantizará los medios de vida de todos los operadores de la cadena de suministro de alimentos. Para lograrlo, la estrategia tradujo este objetivo en metas concretas para 2030: llegar al 25% de las tierras agrícolas bajo cultivo orgánico, reducir en un 50% el uso de pesticidas, una reducción de al menos un 20% del uso de fertilizantes y reducir ventas de antimicrobianos utilizados para animales de granja y acuicultura en un 50%.

La Política Agrícola Común (PAC) será una herramienta clave en esta transición y en la consecución de estos objetivos. En la futura PAC, cada Estado miembro deberá diseñar un plan estratégico donde explicará cómo utilizarán los instrumentos de la PAC para contribuir al logro de los objetivos de la estrategia “De la granja a la mesa” en función de sus condiciones y necesidades locales. Además, la futura PAC ofrece herramientas para promover aún más las prácticas agrícolas sostenibles. Estas herramientas incluyen los eco-esquemas, disponibles en el marco de pagos directos, y los compromisos de gestión ambiental y climática, disponibles en el marco de desarrollo rural. Ambos tienen como objetivo recompensar a los agricultores por avanzar en la implementación de prácticas agrícolas sostenibles, como el uso de la agricultura de precisión, enfoques agroecológicos y agricultura orgánica.