En este sentido, Lins dijo sentirse decepcionado por que la Presidencia portuguesa del Consejo hubiese interrumpido las negociaciones, pues “si se quiere un acuerdo, hay que estar dispuesto a negociar y ser flexible”. 

“La Presidencia del Consejo parecía sorprendida de que no nos limitásemos a aprobar su propuesta de compromiso, sino que hayamos establecido nuestras propias líneas rojas”, añadió Lins, quien dijo esperar que “el Consejo respete a los representantes elegidos directamente como colegisladores. Esta ya es la segunda reforma después del Tratado de Lisboa y el Parlamento no renunciará a las expectativas de nuestros ciudadanos para ceder a las demandas del Consejo”. 

Lins lamenta un paso que “es malo para todos los agricultores y para la protección del clima y del medioambiente”. “Los agricultores ahora carecen de seguridad en la planificación y las medidas que se necesitan con urgente siguen retrasándose”, explicó.

El eurodiputado terminó su intervención asegurando que el Parlamento está dispuesto “a reanudar las negociaciones con la Presidencia Portuguesa del Consejo antes de que finalice su mandato a finales de junio, pero solo si el Consejo muestra más flexibilidad”. 

Crítica de Copa-Cogeca

En una carta enviada a la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, tras la ruptura de las negociaciones, la organización Copa-Cogeca pidió que “la Comisión sea un intermediario honesto para facilitar un acuerdo político entre los colegisladores”. “Los negociadores europeos deben ponerse de acuerdo urgentemente y asumir su responsabilidad de alcanzar un compromiso que salvaguarde tanto el rendimiento económico como el medioambiental del sector agrícola”. 

En su misiva, Copa-Cogeca explicaba que los principales puntos de fricción que deben resolverse consisten en la arquitectura ecológica de la futura política agrícola de la EU, incluida la dotación financiera para los planes ecológicos y para otras medidas respetuosas con el medioambiente y con el clima, o normas para algunas de las denominadas buenas condiciones agrícolas y medioambientales (GAET), el pago redistributivo para canalizar más dinero a los pequeños y medianos agricultores y la dimensión social de la PAC.

Desde Copa-Cogeca defendieron la labor del Parlamento, al que consideran más ambicioso que el Consejo. 

Contexto

Las negociaciones a tres entre el Parlamento, el Consejo y la Comisión Europea sobre la política agrícola de la UE para después de 2022 comenzaron en noviembre de 2020. Los principales puntos de fricción que deben resolverse consisten en la arquitectura ecológica de la futura política agrícola de la UE, incluida la dotación financiera para los planes ecológicos y para otras medidas y normas respetuosas con el medioambiente y el clima para algunas de las denominadas buenas condiciones agrícolas y medioambientales (GAET), el pago redistributivo para canalizar más dinero a los pequeños y medianos agricultores, y la dimensión social de la PAC.