¿Por qué decidieron buscar la certificación de bienestar animal de Interovic? ¿Cuáles eran sus objetivos?
El objetivo es muy simple. Cada vez hay más ‘lobbies’ que le dicen a la sociedad que los animales viven en malas condiciones y en las granjas y que no cuidamos su bienestar. Mi intención es demostrar a la sociedad todo lo contrario, es decir, que los animales de granja ya viven en condiciones de bienestar. De hecho, podemos decir que los animales viven mucho mejor en la mayoría de las explotaciones ganaderas que muchos animales de compañía en casa en grandes núcleos de población, con espacios y horarios reducidos. En nuestra granja, los animales tienen una gran cantidad de espacio, están con calefacción y tienen las condiciones adecuadas para que puedan mostrar las actitudes propias de la especie.
¿Cuáles son los principales requisitos que deben cumplir las explotaciones de ovino de leche para adaptarse a este sello de bienestar animal?
Los principales requisitos son tener un bebedero cada veinte animales, que la cama para los animales sea suficiente, que haya una correcta limpieza y desinfección, una zona de cuidados para los animales enfermos, espacios mínimos en los corrales, que el ambiente esté controlado, en lo que se refiere a temperatura, humedad, niveles de amoniaco… En definitiva, medidas que tratan de asegurar el bienestar de los animales.
¿Se trata de criterios exigentes?
La exigencia de los requisitos de una certificadora de bienestar animal depende del estado en el que esté cada ganadería. Si la explotación está muy por debajo de la media, tendrá que acometer grandes cambios en el manejo. De todos modos, creo que una gran parte de las explotaciones cumpliría, al menos, la mitad de los criterios de certificación, que son los que te exigen.
¿Supone un inconveniente documentar las actividades desarrolladas sobre el bienestar animal para obtener ese certificado?
En nuestro caso, no ha supuesto un inconveniente, porque ya estábamos acostumbrados a la recogida masiva de datos. Es posible que, en otro tipo de explotación, en la que el trabajo burocrático normal ya supone una dificultad, puede ser un problema añadido. Sin embargo, la granja del futuro debe ser cada vez más profesional y apostar por este tipo de iniciativas.
¿Qué procesos han tenido que cambiar en su granja para adaptarse al sello de bienestar animal?
Nosotros estábamos ya en un nivel por encima de lo que nos pedía la certificadora, por lo que en realidad no hemos tenido que hacer grandes cambios. Hemos obtenido una puntuación de 89 sobre 100, teniendo en cuenta que una explotación de producción intensiva no puede cumplir algunos aspectos que se exigen, porque se basa más en aspectos de ganadería extensiva.
A su juicio, ¿cuáles son las consecuencias productivas y económicas que tiene aplicar el bienestar animal en una explotación de ovino de leche?
Si los animales viven en buenas condiciones, producen más. Las consecuencias más directas son que aumentan la fertilidad y la prolificidad, además del crecimiento diario de los animales y una escasa mortalidad de corderos, lo que se traduce en rentabilidad. Además, debemos tener en cuenta que nuestro cliente es el consumidor… y el consumidor de este siglo prima que los animales vivan bien y se lo demostremos. El sector ovino y caprino es uno de los que faltaban para demostrar este aspecto a la sociedad. Uno de los síntomas es que recibimos continuamente mensajes a través de las redes sociales que nos acusan de prácticas contrarias al bienestar… pero ahora podemos certificar que no es así. Además, la gran distribución nos lo va a acabar imponiendo, como en otros sectores como la avicultura.
Una trabajadora de Granja de Desarrollo Ovino AGM administra calostro mediante un biberón a un cordero.
¿Cuáles son las ventajas de tener ese certificado en el futuro? ¿Supone una valorización en la venta de sus productos?
Para nosotros, que para la época navideña queremos vender lechazos frescos y precocinados directamente al consumidor, y que además queremos tener quesos y una gama de cosmética, es muy importante certificar el bienestar de los animales, porque es algo que ya nos están demandando los consumidores.
¿Cree que los consumidores perciben el bienestar animal como una ventaja para la compra de sus productos derivados de la ganadería? ¿Están dispuestos a pagar más por esos productos?
Una certificación no supone un coste extraordinario para una explotación, pero sí un reconocimiento, sobre todo en determinados ámbitos de consumo de restaurantes de prestigio, productos gourmet… Existe un consumo que demanda estas cuestiones de bienestar.
¿Qué otros proyectos está desarrollando en la actualidad Granja de Desarrollo Ovino AGM?
El reto de futuro del sector ovino y caprino es la automatización de las explotaciones, para conseguir que haya inversiones en las explotaciones y relevo generacional.